La última edición de los Oscar de este siglo, que celebraron su 71ª edición en la madrugada española del lunes, dio el triunfo a la romántica comedia isabelina «Shakespeare enamorado» sobre la bélica «Salvar al soldado Ryan». Así, la cinta dirigida por John Madden "que recrea la situación personal de William Shakespeare en el momento que escribía su obra cumbre, «Romeo y Julieta»" consiguió un total de siete estatuillas, entre ellas las de mejor película, mejor actriz protagonista (Gwyneth Paltrow) y mejor actriz de reparto (Judi Dench). Una llorosa Paltrow vestida de rosa y cuyo rostro se iluminaba ante los diamantes que lucía, dijo al finalizar: «Es difícil, con tanta adrenalina, con tus padres, con tu mejor amiga. Estaban todos allí. Es prácticamente imposible controlar tantas emociones. Al menos a mí me es imposible».
Una vez que el duelo que han mantenido desde hace unas semanas las productoras de «Shakespeare enamorado» y «Salvar al soldado Ryan» llegó a su desenlace, Steven Spielberg tuvo que conformarse con cinco premios y se consoló con el Oscar a la mejor dirección.
Pero el inesperado triunfador de la noche fue el italiano Roberto Benigni con su conmovedora fábula sobre el Holocausto, que él mismo dirigió, escribió y protagonizó. Así, «La vida es bella» se llevó el galardón a la mejor película de habla no inglesa, que anunció la mítica actriz Sofía Loren con un estridente «Robertoooooo», además del de mejor actor. «Quiero besar a todo el mundo», dijo el italiano al subir al escenario.
Quien sí vio cumplida su ilusión fue el veterano actor James Coburn, que consiguió el Oscar al mejor actor de reparto. El realizador Norman Jewison, que recibió el Premio Irving Thalberg, protagonizó uno de los momentos más emotivos de la noche, presentada por Whoopi Goldberg, al subir al escenario bailando la música de su filme: «El violinista en el tejado».