El cantautor Lluís Llach llegó ayer a Palma para hablar del recital que ofrecerá hoy, a las 22.00 horas, en el Auditòrium y que servirá para presentar en Palma «Nou», su último trabajo. Con él, este veterano músico vuelve a la canción de siempre, con temas llenos de poesía y de bellas melodías, después de dos discos conceptuales como fueron «Un pont de mar blava» y «Porrera». El cantante explicó lo hizo porque «tenía ganas de ver si me volvía a emocionar componer canciones de tres minutos». El resultado fue «Nou».
Para Llach no se trata de un paso atrás en su trayectoria, sino de «una renovación, de romper un camino que llevaba, porque a mi no me gusta repetir conceptos y ahora he querido ir a la simplicidad y a una nueva formulación de la música».
Llach se siente muy bien tratado por la crítica y el público. «La gente me respeta demasiado, porque tengo un pasado que me pesa mucho. El público me ve condicionado por él».
Tampoco evitó Llach hablar de la canción que dedica en el disco al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. «Nunca pensé que 'L'Estanislau anant a Palau' y la historia que me inventé a su alrededor levantara tanta polémica. Me di cuenta que la sacralización que existe con este político es inmensa, nunca pensé que llegara tan lejos. Pero es bueno, de tanto en cuanto, un poco de humor», declaró ayer.