El poeta Joan Brossa protagonizó el jueves su último «poema visual» con un funeral laico que ha tenido como protagonistas al finado, la barcelonesa sierra de Collserola, sus versos, la música de sus íntimos colaboradores y el público que ha querido despedirle.
Más de 150 personas, entre ellas los pintores Modest Cuixart y Antoni Tàpies, que junto a Brossa y otros artistas formaron en la posguerra el grupo de vanguardia «Dau al Set», rindieron su último homenaje al poeta fallecido el miércoles, cuando le quedaban pocos días para cumplir los 80 años.
Con los asientos de la «fila cero» vacíos por expreso deseo de la familia y de acuerdo con el talante del poeta, poco amigo de las ceremonias, el ataúd de madera sencilla de Brossa ha presidido poco antes de ser incinerado en el cementerio de Collserola, un acto que se ha prolongado poco más de media hora. El homenaje al poeta, fallecido tras sufrir un accidente fortuito el pasado lunes al caer por las escaleras de su estudio barcelonés, comenzó con la «Sinfonía en mí bemol» de Josep Maria Mestres y el «Tocaricotacatá» de Carles Santos, ambos compositores y colaboradores de Brossa, que se encontraban en la sala.
A continuación, la actriz Núria Candela, de la que Brossa solía decir que recitaba sus poemas mejor que él mismo, leyó algunas de las estrofas del poeta. Visiblemente emocionada, con gafas oscuras y voz entrecortada, Candela leyó diez poemas, algunos de ellos inéditos, de «Sumari Astral» y «La memoria encesa», los dos poemarios en los que estuvo trabajando Brossa últimamente y cuya presentación estaba prevista para su ochenta cumpleaños, que iba a celebrar el próximo 19 de enero.
Entre los asistentes estaban: los pintores Josep Guinovart, Josep Maria Hernández Pijoan y Perejaume. Los actores, actrices y dramaturgos Joan Manuel Serrat, Lluís Pasqual, Joan Font, entre otros.