INUNCAM o el plan de gestión de aguas, algunas de las medidas regionales frente a inundaciones y contaminación

INUNCAM o el plan de gestión de aguas, algunas de las medidas regionales frente a inundaciones y contaminación

Archivo - Crecida del río Manzanares en el parque de Madrid Río, a 20 de marzo de 2025, en Madrid (España) | Foto: Fernando Sánchez - Europa Press - Archivo

| Madrid |

La Comunidad de Madrid cuenta con una serie de medidas y protocolos para hacer frente a situaciones de emergencia climática, como inundaciones o desastres hídricos, y también para evitar la contaminación del agua, ambos aspectos que el Parlamento Europeo recientemente ha recomendado en su Estrategia Europea de Resiliencia del Agua, que se espera que la Comisión presente antes de verano.

La Eurocámara ha reclamado esta misma semana una mayor prevención pare reducir la contaminación del agua y una mejor preparación ante crisis de escasez de agua o desastres naturales como sequías e inundaciones. Los eurodiputados reivindican así una estrategia ambiciosa para que la Unión Europea gestione sus recursos hídricos de forma más eficiente y responda mejor a los desafíos relacionados con el agua.

En este sentido, la Comunidad de Madrid cuenta con diferentes iniciativas para hacer frente a los desastres hídricos, como puede ser el INUNCAM, una campaña que se centra en localizar y analizar las zonas amenazadas por el riesgo de inundación en la región, y establece la estructura y organización de los equipos de respuesta en caso de emergencia.

«Las inundaciones constituyen uno de los principales riesgos relacionados con el medio físico y los fenómenos de la naturaleza. Su periodicidad y frecuencia, así como su incidencia en múltiples entornos fundamentan la importancia de este riesgo en el territorio de nuestra Comunidad», recalca el Ejecutivo regional en las explicaciones del INUNCAM.

Así, la Comunidad de Madrid abunda en que la prevención y gestión del riesgo ante inundaciones implica la necesidad de desarrollar «distintas líneas de actuación», unas dirigidas a la prevención y protección, y otras a la aplicación de medidas concretas de planificación ante eventuales situaciones de emergencias.

Sobre la contaminación del agua, la Comunidad de Madrid inició ya el verano pasado un proceso de investigación para reducir los microplásticos en el medio ambiente, y también su posible transferencia a otros «compartimentos ambientales» como las aguas subterráneas.

La Dirección General de Salud Pública se encarga de la vigilancia, inspección y control del agua de consumo humano, verificando el cumplimiento de la normativa vigente; mientras que la Consejería de Medio Ambiente impulsó hace ya años un plan de gestión de agua para afrontar fenómenos meteorológicos extremos.

Estas actuaciones van desde la implantación de sistemas de alerta temprana en los embalses de la región, hasta la puesta en marcha de nuevas infraestructuras de drenaje urbano sostenible y retención de lluvias que sirven para captar, tratar o almacenar el agua para posteriormente aprovecharla en diferentes usos.

Las recomendaciones de la Eurocámara buscan también que la adaptación climática se integre en los planes sectoriales y las medidas políticas que afectan al uso del agua y el suelo, así como en medidas específicas para las regiones que se enfrentan a desafíos singulares, especialmente en zonas del Mediterráneo.

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