Más de 322.000 andaluces (322.868 en concreto) están afectados por la renuncia de Adeslas, Asisa y DKV a presentarse a la licitación del concierto para prestar asistencia sanitaria en el ámbito de Muface, la mutualidad de los funcionarios, según han anunciado las compañías en sendos comunicados. Estas tres aseguradoras eran las únicas que prestaban asistencia sanitaria a través de Muface en el último concierto. Desde la Junta de Andalucía, la consejera de Economía y portavoz del Gobierno andaluz, Carolina España, ha elevado la cifra de afectados a alrededor de 400.000 --entre funcionarios y familiares-- y ha apuntado a que se está «a la espera de que el Gobierno dé los pasos» en busca de «una solución, porque es un problema que afecta» a todas las comunidades.
Fuentes del Servicio Andaluz de Salud (SAS), dependiente de la Consejería de Salud y Consumo, han insistido en la misma idea que España y han sostenido que las comunidades autónomas «estamos a la espera de indicaciones del Ministerio sobre este conflicto entre Muface y las aseguradoras privadas». «Como sistema sanitario estamos preparados, aunque supondría un incremento importante de la demanda asistencial, pero también expectantes con respecto a las posibles soluciones que desde el Gobierno central se le va a dar a las personas que tienen ese aseguramiento mutualista. Las personas que deseen pasar a la sanidad pública ante esta incertidumbre podrán hacerlo siguiendo el procedimiento que establezca el Instituto Nacional de Seguridad Social», han argumentado.
El Gobierno ya ha anunciado que tiene previsto lanzar una nueva licitación para la asistencia sanitaria de Muface después de que las aseguradoras hayan decidido no acudir a la oferta actual. «Una vez que la licitación ha quedado desierta, Muface, como órgano de contratación, iniciará los trabajos para una nueva licitación», indica el Ministerio de Transformación Digital y para la Función Pública en un comunicado. En todo caso, el Gobierno ha asegurado que todos los mutualistas seguirán recibiendo la asistencia sanitaria en las condiciones actuales, con las prórrogas y los mecanismos «previstos en la Ley de Contratos del sector público», según ha detallado el Ministerio.
De los 322.868 funcionarios andaluces que están en Muface, una quinta parte (62.023) reciben prestaciones sanitarias en la Seguridad Social. El resto se reparten entre Adeslas (109.774), Asisa (105.838) y DKV (45.227). Hay seis funcionarios andaluces que están en DKV Internacional. Adeslas sí ha decidido que se presentará a los conciertos de los funcionarios de Justicia (Mugeju) y del Ejército (Isfas).
La decisión de DKV es no presentarse ni a Muface ni Mugeju. En el comunicado donde informa de su decisión, la aseguradora detalla que tendría unas pérdidas de 77 millones de euros en dos años, casi las mismas que en el anterior concierto, que fue de tres años. La compañía asegura que el modelo está infrafinanciado, ya que el gasto de prestaciones médicas en el último concierto ha sido más de un 10% superior a la prima que ha recibido. De su parte, Asisa ha decidido presentarse únicamente a los conciertos de Isfas y Mugeju, por lo que también evitará el de Muface. La entidad ha considerado que en Isfas y Mugeju «se dan las condiciones mínimas» para la continuidad del modelo de mutualismo, mientras que en Muface no.
«A pesar de nuestra firme voluntad de mantener la vinculación con Muface, la falta de una financiación adecuada junto a unas coberturas más exigentes en algunos aspectos que las que presta el propio Sistema Nacional de Salud (SNS) y la decisión del resto de entidades de abandonar el servicio a esta mutualidad hacen imposible para Asisa mantener la adhesión al modelo sin poner en serio riesgo la solvencia de nuestra compañía», considera Asisa.
El pasado 8 de octubre, el Gobierno sacó a licitación pública el nuevo concierto de las tres mutualidades con una subida en la prima del 17,12% en dos años. La primera oferta del Gobierno a las aseguradoras fue un alza en las primas del 14%, algo insuficiente para ellas y tras lo cual amenazaron con levantarse de la negociación y dejar caer el concierto. Pedían un alza del 40% para no agravar sus pérdidas.