La sede de la Cámara de Zaragoza luce ya su nuevo aspecto como «faro» de las empresas de la provincia tras la profunda remodelación acometida a consecuencia del incendio sufrido en junio de 2023, que ha supuesto una inversión de algo más de tres millones de euros.
La caída de dos rayos afectó principalmente al hall, pero la expansión del calor fruto de la deflagración y del hollín afectó a todas las dependencias del edificio.
El fuego causó estragos en baldosas, columnas, molduras, vidrieras y el techo, cuya lámpara por suerte resistió y ahora su sistema de sujección ha sido reforzado.
«Lo más costoso ha sido limpiar el hollín, que penetró absolutamente en todas las estancias y rincones, las paredes, los cuadros, las moquetas. Afectó también a los documentos y a los aparatos tecnológicos y recuperar todo eso no ha sido fácil, hemos tenido que cambiar lógicamente muchos equipos y limpiarlos», ha reconocido el presidente de la Cámara de Zaragoza, Jorge Villarroya.
El siniestro y las inspecciones posteriores hicieron aflorar muchas deficiencias serias causadas por el paso del tiempo que fueron abordadas y resueltas sobre la marcha en unas obras que se han prolongado por espacio de un año y que han permitido recuperar la belleza y el esplendor del edificio que forma parte del patrimonio histórico de la ciudad y catalogado como Bien de Interés Cultural.
«En el momento que empiezas a hurgar un poco te das cuenta de que es un edificio que tiene ochenta años y que el paso del tiempo lógicamente no es inocuo», ha reconocido.
La intervención más relevante se ha llevado a cabo para adaptar el edificio a la actual normativa de prevención de incendios: "Hemos decidido que era el momento de darle vida otra vez para otros 80 años y el incendio nos ha llevado a hacer una renovación total de todo el sistema de incendios hasta el punto de tener que tirar una pared en la zona de oficinas para habilitar una salida de emergencia.
Así, se ha conseguido un edificio más sostenible, que cumple con todas las normativas vigentes y con espacios abiertos que permiten una forma de trabajo más funcional y dinámica.
El importe total de la intervención, del que la compañía de seguros ha sufragado un tercio, ha contado con las ayudas de la DPZ y del Gobierno de Aragón, que en su caso ha comprometido dos partidas de 400.000 euros repartidas entre la primera fase, ya concluida, y la segunda, en la que se abordará la rehabilitación del salón de actos, proyecto encargado al malogrado Pérez Latorre que acometerá su discípula Irene Sola.
Solidaridad de las empresas asociadas
La Cámara también lanzó tras el incendio una campaña de patrocinios para colaborar en la reforma y se ha contado con la participación de muchas grandes y pequeñas empresas que han contribuido en la medida de sus posibilidades, consiguiendo cerca de 300.000 euros entre aportaciones económicas y en especie.
Además, en el momento del incendio, muchas empresas cedieron espacios para que la Cámara pudiera seguir prestando sus servicios y organizando sus actividades.
Villarroya ha reconocido que el impacto que causó el siniestro fue «durísimo»: «La sensación de tristeza fue enorme, pero la plantilla reaccionó de una forma espléndida y luego tuvimos la suerte de vivir la solidaridad de la ciudad de Zaragoza, de muchas instituciones que nos cedían sus locales para que pudiéramos alojarnos en ellos, por lo que les estamos muy agradecidos», ha recordado.
Una reacción que ha llevado a la Cámara a mantener sus diferentes servicios: «Desde el primer minuto hemos seguido dando el servicio a nuestras empresas, no ha habido ningún tipo de parálisis y esto es encomiable y es gracias al compromiso y a la entereza que ha demostrado el personal de la Cámara y la solidaridad de las empresas».
Esa ayuda es a la que ahora la institución quiere corresponder: «Tenemos la obligación de devolver esa solidaridad a través de la participación de las empresas en esta que es su casa, que queremos ponerla a su disposición», ha expresado su presidente, horas antes de un acto oficial de inauguración previsto este jueves en principio para un centenar de empresas que finalmente reunirá a más de 600.
La Cámara quiere seguir siendo el punto de encuentro para los líderes empresariales, el lugar donde la empresa encuentra aquello que requiere como son, entre otros, servicios para la internacionalización, la formación, el emprendimiento.
«Por ello era importante recuperar nuestro espacio, un icono que simboliza nueva voluntad de servicio. Creo que se ha hecho una rehabilitación a la altura de la importancia de nuestra ciudad y de todo aquello que la Cámara representa. A partir de ahora, el faro de la Cámara volverá a brillar para seguir siendo lo que más nos gusta ser la casa de las empresas y de sus líderes», ha explicado Villarroya.
Mejoras para un edificio más sostenible
Los trabajos de reforma han servido para mejorar las instalaciones de forma sostenible, ya que dentro de los propósitos de la Cámara está el impulsar el progreso empresarial y social de una forma responsable, por lo que ha querido trasladar esta apuesta por la sostenibilidad a la reforma de su edificio.
En concreto, la Cámara ha hecho una apuesta innovadora en la sustitución de las viejas ventanas por unas nuevas realizadas con un novedoso vidrio que asegura el compromiso con una baja huella de carbono. Se ha modernizado la zona de las oficinas, consiguiendo un espacio más abierto y funcional, pero también se ha trabajado para conservar el patrimonio artístico e histórico de distintos aspectos del edificio.
Entre ellos, está la restauración de las vidrieras, en cuya realización se está prestando especial atención a la limpieza, con sumo cuidado y delicadeza, desmontando pieza por pieza, y en la que también es importante la recuperación de vidrios rotos, emplomado y perfilado. Los trabajos de recuperación de las 24 vidrieras llevarán aproximadamente un año y ya están limpias y colocadas 6 cristaleras.
La sede de la Cámara está catalogada como Bien de Interés Cultural y es un edificio icónico para la ciudad. En 1941 los arquitectos Regino y José Borobio y José Beltrán terminaron el proyecto de la actual sede de la Cámara de Zaragoza y en 1944 se inauguró su emblemática torre.