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El Lehendakari Pradales asiste por primera vez a los actos en honor de San Ignacio en Azpeitia (Gipuzkoa)

El Obispo de San Sebastián pide a gobierno y oposición "no bajar la guardia" y tomar "las mejores decisiones" por el bien de la sociedad

El Lehendakari, Imanol Pradales, asiste por primera vez a los actos en honor de San Ignacio en Azpeitia (Gipuzkoa) | IREKIA

| San sebastián |

Imanol Pradales, ha asistido este jueves, por primera vez como Lehendakari, a los tradicionales actos organizados en honor de San Ignacio en la localidad guipuzcoana de Azpeitia.

Acompañado de los consejeros Noël d'Anjou, Maria Ubarretxena, Mikel Jauregi y Susana García Chueca, el Lehendakari ha llegado a la explanada del Santuario de Loiola, donde ha sido recibido por la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, y la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta, quien le ha entregado la 'zumitza' (junco de mando).

En el tradicional acto también han estado presentes los diputados forales José Ignacio Asensio, Maite Peña, Felix Urkola, Jokin Perona, Xabier Arruti, Azahara Domínguez, Goizane Álvarez, Ane Insausti e Irune Berasaluze, el presidente de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Xabier Ezeizabarrena, así como representantes de la Corporación municipal azpeitiarra

Tras el aurresku, el Lehendakari y el resto de autoridades han asistido a la Misa que ha sido oficiada en la Basílica por el Obispo de San Sebastián, Fernando Prado Ayuso.

"no bajar la guardia"

En su homilía, el prelado donostiarra se ha dirigido a las autoridades para destacar que «las urgencias y los importantes empeños que requiere la cosa pública, hacen que no se pueda bajar la guardia ni el esfuerzo por discernir y tomar las mejores decisiones posibles y las más adecuadas».

Así, ha remarcado que se trata de «una cuestión de todos, los que están en el Gobierno y los que están en la oposición», al tiempo que ha incidido en que «lo que está en juego es muy importante». «Está en juego nada más y nada menos que el bien de nuestra sociedad en lo más cercano», ha afirmado, para añadir que por ello es importante «elegir bien, aunque no sea fácil».

«Aunque trazarse planes está bien, el día a día, con sus exigencias, será más bien el que marque el camino. Por eso es más importante tener claros los principios desde los que trazar proyectos y soluciones», ha sostenido.

En su opinión, «en estos tiempos de polarización en todos los niveles y en todos los ámbitos, en que el antagonismo predomina y no pocas veces tensa la cohesión social más allá de la cuenta, nos viene bien escuchar las sabias palabras» del Papa Francisco y reflexionar sobre ellas.

«Hay un bien común que construimos entre todos, que ha de estar por encima de nuestras ideas particulares o de parte. La inclusión y el contar con todos es absolutamente necesario para construir algo juntos que realmente dure. La buena política no es una cuestión solo de mayorías. Ha de buscar siempre amplios consensos para que realmente sea eficaz. Querer hacer las cosas solo con nosotros y los nuestros, es un auténtico error», ha subryado Prado.

En esa misma línea, el Obispo de San Sebastián se ha mostrado convencido de que «cuando, además de buscar el bien de los demás lo buscamos con los demás, acertamos aún más, hacemos las cosas mejor, con más apoyo; así, las soluciones se hacen más sólidas y duraderas».

Finalmente, ha mostrado su agradecimiento a las autoridades porque, según ha dicho, «sé que os empeñáis en el bien común, con no poco esfuerzo e ilusión, en medio de un mundo de equilibrios muy complejos». «Los ciudadanos, que os exigimos, a veces incluso más de la cuenta, os agradecemos vuestra disponibilidad para servir a la ciudadanía», ha añadido.

«En nombre de la comunidad cristiana os agradezco, de corazón, vuestro noble empeño y me ofrezco para colaborar con lealtad e ilusión en este empeño por el bien común en todo lo que podamos», ha asegurado.

El Obispo ha recordado «siempre hay gente a la que no llega el bienestar del que la mayoría disfrutamos» y ha considerado que «los más pobres han de ser siempre como una alarma que nos recuerde cuál es el objetivo final de todo empeño en la cosa pública».

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