Zevra Festival ha cerrado esta madrugada su tercera edición, que arroja unos números que sitúan al encuentro de música urbana de la playa de Cullera (Valencia) «en la primera división» de los festivales en España de verano.
Según los datos facilitados por la organización, el balance de asistentes en los tres días de conciertos --viernes, sábado y domingo-- asciende a 155.000 asistentes, algo más de lo esperado. A juicio de la dirección del festival, aún más importante que la cifra de público es «la alta nota que ha obtenido en organización, seguridad, calidad artística y ambiente festivo».
Durante tres días, el recinto de 300.000 metros cuadrados ha ofrecido a los asistentes música, baile, ocio, gastronomía y cultura para mi- les de jóvenes. El personal del festival y la Guardia Civil han ejercido una «intensa labor de vigilancia» para evitar agresiones machistas, «aplicando una estricta tolerancia cero para garantizar un espacio libre de violencia sexual», han subrayado.
El colofón del festival lo puso Maluma, que estuvo «desatado, sensual y muy locuaz», recalcan los impulsores de la cita. La superestrella colombiana reunió a 35.000 personas para acompañarle en un repertorio en el que no faltaron hits como ?Hawái?, ?Borro cassette? o ?Según Quién?.
Otras figuras que brillaron con luz propia anoche fueron el granadino Saiko, la argentina Nicki Nicole, el catalán Nil Moliner, el sevillano JC Reyes y el madrileño Recycled J. En jornadas anteriores, pasaron por el escenario Manuel Turizo, Dei V, La Oreja de Van Gogh, Rels B y Myke Towers.
Desde el Zevra han recalcado «el deasfío» que ha supuesto la ola de calor, que ha combatido con 350 puntos de agua corriente fresca, agua potable gratis a cualquier hora del día y de la noche, y botellas gratuitas de bebidas isotónicas.
A lo largo del día de hoy, lunes, 22 de julio, los campistas más rezagados irán abandonando la zona de acampada, y para el atardecer quedará totalmente desalojada. Entonces entrarán los equipos de limpieza para «dejar la zona despejada y sin basuras en un plazo máximo de 24 horas».
Según cálculos de la organización, conjuntamente con técnicos del Ayuntamiento de Cullera, esta edición del festival ha tenido un impacto económico de 28 millones de euros en las arcas públicas, el estructura local y el tejido empresarial de toda la comarca de la Ribera Alta valenciana.