La Guardia Civil, en el marco de la Operación «Collect BK», ha detenido a una persona por comercializar con prendas falsificadas en mercadillos ambulantes situados en localidades de Bizkaia y Álava, que se enfrenta a un delito contra la propiedad industrial.
Guardias civiles de las Patrullas Fiscales y de Fronteras de la Comandancia de Bizkaia, realizando inspecciones dirigidas a prevenir el contrabando y el fraude fiscal, descubrieron varios envíos con prendas de ropa falsificadas procedentes de Portugal.
Para dificultar la labor investigadora de los agentes, los envíos se realizaban directamente a una agencia, no constando datos del destinatario, según ha informado la Delegación del Gobierno en el País Vasco.
Durante la investigación, los agentes descubrieron que, entre los meses de diciembre de 2023 y abril del actual, el autor habría llegado a realizar varios pagos de envíos contra reembolso procedentes de Portugal, llegando a alcanzar los 25.000 euros. Los agentes comprobaron que, una vez que recibía los paquetes, estos los vendía en mercadillos de diferentes localidades de Bizkaia y Álava.
Gracias a la labor operativa pudieron interceptar 'in fraganti' el vehículo que conducía el autor cuando se dirigía a uno de esos mercados a realizar las ventas. La furgoneta que conducía contenía numerosas cajas con ropa falsificada. En total, fueron intervenidas 2.100 prendas textiles de diferentes marcas comerciales de firmas de lujo, cuyo valor de mercado de venta al público ascendería a 210.000 euros.
Falsificaciones
El Ministerio del Interior ha advertido de que «el fenómeno de las falsificaciones perjudica al comercio de proximidad, promueve la economía sumergida y no pasa los controles de calidad que garantizan un consumo seguro».
Además, ha señalado que «destruye puestos de trabajo, alrededor de 45.000 puestos al año en España, promueve la economía sumergida que no paga impuestos ni tributa lo que provoca el empobrecimiento de todos, y es una actividad controlada por el crimen organizado». Asimismo, ha alertado de que las falsificaciones «pueden suponer grandes riesgos para la salud y la seguridad».