El artista Miquel Barceló está ultimando una edición ilustrada de la obra de Jorge Luis Borges 'El libro de los seres imaginarios', que ha descrito como «una enciclopedia de animales imaginarios».
«Está casi acabado y creo que saldrá pronto», ha dicho este jueves durante un diálogo con el cineasta y escritor Albert Serra en La Pedrera de Barcelona, donde el artista mallorquín expone hasta el 30 de junio sus 30 años de arte con la cerámica.
También ha dicho que le gustaría mucho ilustrar una edición de 'El Quijote', y ha recordado su recién instalada escultura-cueva en el bosque en Chaumont (Francia).
Todo el arte es igual, "imágenes"
Barceló ha rechazado hacer distinciones entre su pintura y su escultura: «Para mí todo es lo mismo: son imágenes», aunque considere muy interesante investigar diferencias entre la materia y entre la técnica.
Ha explicado que en el siglo XIX surgen muchas variantes de la pintura, en alusión a técnicas de ilustración y dibujo, pero también a la fotografía y al cine.
Para él, «todo junto es una obra» porque todo es creación, y también lo es su ya célebre colección de cuadernos, que ha equiparado a una larguísima novela.
También ha citado sus ilustraciones con lejía, que «son como espectrografías» y las vincula incluso al cine.
Tampoco ve mucha diferencia entre pintar personas y objetos o animales, a veces retratar al ser humano es lo que está «más al alcance», ha indicado.
Ha recordado que cuando retrató al escritor Pere Gimferrer le recitó de memoria «un larguísimo poema» de Campoamor.
Cuando Serra ha hablado de los toros y la tauromaquia, Barceló ha lamentado no poder asistir a corridas de toros en Barcelona tras prohibirse en Catalunya: «Lástima que no haya en Barcelona. Me gustaba venir aquí a los toros».
Literatura
Hablando de letras, Barceló ha comparado la pintura a la poesía, y ha destacado su relación con poetas desde su juventud en Mallorca.
«La poesía es muy fértil» para su obra y le inspira, ha dicho, y ha destacado que se ha alimentado tanto de la poesía como de la novela.
«Seguramente la mejor manera de entender una lengua es la poesía», considera.
Ha justificado por qué el escribe en francés cuando lo hace: «Si escribiera en catalán o castellano, me lo tomaría demasiado en serio».
Mallorca
Sobre su Mallorca natal, ha dicho que tuvo pronto la necesidad de salir para moverse, pero sin desenraizarse nunca.
Ahora pasa unos cuatro meses al año en París, lo mismo en Mallorca, y el resto, «por el mundo».
Pero frecuenta un círculo bastante reducido de allegados, pese a viajar tanto y conocer a tantos, y también haber entablado confianza con los demás; muchos de ellos, también creadores.
«En cambio me resulta muy difícil tener relación con alguien de quien desprecio lo que hace», ha dicho, porque entonces ve muy difícil la amistad.
Respecto a su obra en la Catedral de Mallorca, Serra le ha preguntado sobre trabajar para la Iglesia y la polémica que género su gran obra cerámica vertical.
Barceló ha recordado que un siglo antes «echaron» al arquitecto Antoni Gaudí en la catedral, que dejó muy diáfana con su intervención, ha dicho.
«Marchó sin protestar y no cobró nunca», ha explicado.
En cuanto a otra gran obra, la cúpula en una sala de la ONU en Ginebra (Suiza), ha recordado que estuvo a punto de fracasar y debió deshacer la primera intervención.
Crear y fracasar
Ha reivindicado para los artistas «el derecho a fracasar» por el riesgo que implica emprender una obra; sobre todo, las grandes como aquella.
También ha reflexionado sobre la obra creada y la que hay por hacer: «Las cosas no hechas pueden ser magníficas y no ocupan espacio ni peso», mientras que las ya creadas pueden ser pesadas.
Cuando Serra le ha preguntado sobre su atracción por la pintura primitiva, ha dicho que estuvo en las cuevas de Altamira en los años 80 y ha dicho que los bisontes son magnificos pero iguales.
En cambio, ha asegurado que le maravilla que cada animal pintado en la cueva de Chauvet tiene individualidad.