La Fiscalía ha reducido finalmente de 20 a 12 años y medio su petición de cárcel para Francisco G.M., el varón de 32 años de edad que el pasado martes reconocía ante el jurado popular del juicio celebrado en su contra en la Audiencia de Sevilla, que asesinó de dos puñaladas al padrastro de su pareja sentimental en septiembre de 2022 en el Polígono Sur.
Tras haber alegado el inculpado en su comparecencia que en el momento de los hechos estaba bajo los efectos de cocaína, heroína y alcohol porque era consumidor de drogas desde los 14 años de edad; mostrando arrepentimiento y pidiendo además perdón a la familia de la víctima; el fiscal del caso ha considerado acreditado, por la documentación y pruebas practicadas en el juicio, que Francisco G.M. «era consumidor de larga duración» de estupefacientes y al cometer el crimen «estaba bajo los efectos» de tales sustancias, lo que «limitaba sus facultades».
Por eso, si bien inicialmente el fiscal reclamaba para Francisco G.M. un total de 20 años de prisión por un delito de asesinato, así como que indemnice con un total de 240.000 euros a la familia de la víctima; finalmente ha rebajado a 12 años y medio de prisión su petición de pena al admitir la atenuante de drogadicción, extremo al que se han adherido tanto la acusación particular como la defensa del inculpado.
En su comparecencia, el acusado, que se dedicaba a la venta ambulante, reconocía los hechos que le atribuye la Fiscalía, según la cual sobre las 18,00 horas del 5 de septiembre de 2022, Francisco G.M. agredió a su pareja sentimental en el domicilio que ambos compartían (hechos que son objeto de otro procedimiento ante los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de Sevilla), lo que motivó que ésta se marchase a casa de su madre, que convivía en una relación análoga al matrimonio con el fallecido. Éste, sin ser su progenitor, mantenía «una relación análoga de afectividad» y paterno filial con la agredida.
Sobre las 20,00 horas de ese mismo día, según la Fiscalía y ha admitido el acusado, este se personó en la calle de la vivienda de la madre de su pareja, gritando «para que bajase a hablar con él», momento en el que la víctima, «desde la ventana de su domicilio, le espetó para que dejase de gritar y abandonara el lugar, iniciándose una discusión entre ambos».
Rajó los neumáticos de su coche
En el marco de esta discusión, el acusado, con intención de causar un menoscabo patrimonial" al finado, se dirigió a su vehículo, que estaba aparcado en la puerta, y le pinchó los neumáticos, comenzando a fracturar los cristales y causando daños tasados pericialmente en 455 euros.
A la vista de aquello, y según el relato de la Fiscalía y ha admitido el inculpado, la víctima bajó a la calle y se encaró con el acusado, quien, «de forma sorpresiva» sacó un cuchillo de grandes dimensiones que portaba escondido e hizo ademán de clavárselo, por lo que el fallecido intentó huir, lo que no logró ya que fue alcanzado por el investigado, quien le asestó dos puñaladas, una en el costado y otra en la espalda", que le causaron la muerte.
Posteriormente, como él mismo admitía, huyó del lugar del crimen, siendo finalmente detenido por la Policía Nacional, que además localizó el arma usada para los hechos.
Sí era consciente pero había consumido drogas
En ese sentido, Francisco G.M. reconocía todos estos hechos, exponiendo a preguntas de su abogado defensor, Diego Silva, que aunque «sí» era consciente de lo que hacía, estaba bajo los efectos de sustancias como cocaína, heroína y alcohol, precisando que es consumidor de estupefacientes «desde los 14 años» y que cree que no habría actuado de esta manera en el caso de no haber estado bajo los efectos de tales sustancia.
De esta manera, el inculpado mostraba su arrepentimiento y pedía perdón a la familia de la víctima del crimen, admitiendo finalmente el fiscal la atenuante de drogadicción solicitada por su defensa.
En su última palabra al concluir el juicio, el acusado ha pedido una vez más «disculpas» por sus actos, en especial a la familia del fallecido. «Lo siento mucho», ha dicho.