El director general del Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, ha asegurado que «lo ideal» sería que su sucesor sea alguien que pueda tener la capacidad de desarrollar un proyecto para el Guggenheim «para los próximos 10 o 15 años».
Vidarte ha anunciado esta semana que dejará la Dirección del Guggenheim, tras casi tres décadas al frente del museo, al que seguirá vinculado como director emérito.
En declaraciones a Radio Euskadi, recogidas por Europa Press, Juan Ignacio Vidarte ha analizado, entre otras cuestiones, la figura de quién puede ser su sucesor, «una persona que tenga la capacidad de desarrollar un proyecto a medio y largo plazo».
«Que pueda desarrollar una visión y un proyecto para el Museo para los próximos 10 o 15 años, eso seria lo ideal», ha indicado, para añadir que la búsqueda del candidato arrancará el próximo mes de junio.
Por otro lado, ha afirmado que él no tiene a nadie en mente y ha confiado en que «por la relevancia» que el Museo tiene, cuando se inicie el proceso de selección de candidatos se cuente con «profesionales muy cualificados».
Asimismo, ha reconocido que lo ideal sería que el futuro director tuviera conocimiento de castellano, inglés y euskera, pero ha considerado que no debiera ser «requisito indispensable» el conocimiento de la lengua vasca.
Según ha detallado Vidarte, hasta el mes de octubre él seguirá estando «en plenas funciones como director del Museo» y su dedicación al centro será así «absoluta».
Respecto a las funciones de un director emérito, ha reconocido que se trata de una figura «nueva, acuñada según el modelo de museos anglosajones». «Lo previsto es que pueda tener unas funciones consultivas, con presencia en el patronato del Museo sin funciones ejecutivas. En paralelo seguiré desarrollando mis responsabilidades en la Fundación Guggenheim», ha añadido.
Museo de urdaibai
Asimismo, ha defendido el proyecto de ampliación del Museo en Urdaibai y se ha referido al recurso presentado por Greenpeace contra la decisión del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico de reducir la protección del litoral de 100 a 20 metros en la zona de Urdaibai, una postura para la que ha pedido «máximo respeto».
Tras confiar en que el proyecto sea «una realidad», ha advertido que se trata de una gran «oportunidad, pero »no se trata de hacer una réplica del Museo Bilbao, sino de hacer un museo integrado en la naturaleza".
«Tengo confianza, lo que pasa es que es un proyecto complejo y que requiere, evidentemente, un consenso institucional. No es posible hacerlo sin que ese consenso institucional exista y todavía es un consenso que se está trabajando. Además de eso, es un proyecto administrativamente complejo por el lugar en el que está», ha sostenido.
De este modo, ha subrayado que si el proyecto se realizara habría que hacerlo «con todas las máximas garantías, para que fuera no sólo un proyecto que no dañara el medio ambiente, sino que tuviera una contribución neta positiva».