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Forenses valoran que la mujer que mató a su hija Yaiza lo planificó de forma "fría, calculada"

Un perito contratado por la defensa les contradice y afirma que tenía un trastorno de personalidad

Juicio a Cristina Rivas, la mujer confesó matar a su hija Yaiza en Sant Joan Despí (Barcelona) para quien las acusaciones piden prisión permanente revisable. En la Audiencia de Barcelona el lunes 13 de mayo de 2024. | Europa Press

| Barcelona |

Dos psiquiatras y una psicóloga forenses del Institut de Medicina Legal de Catalunya (Imelec) han declarado en el juicio a la mujer que confesó matar a su hija Yaiza en Sant Joan Despí (Barcelona) en mayo de 2021 planificó el crimen de forma «fría, calculada» y durante meses, mientras que un psicólogo contratado por la defensa como perito les ha contradicho y ha valorado que la mujer tenía un trastorno de personalidad.

La prueba pericial sobre la salud mental de la acusada, Cristina Rivas, en el juicio con jurado que sigue en la Audiencia de Barcelona ha durado cerca de cuatro horas, y este mismo martes los forenses que hicieron la autopsia de la niña han confirmado que murió por asfixia después de recibir una dosis tóxica de benzodiacepinas, que la mujer también usó entre otros fármacos para intentar suicidarse.

Los forenses del Imelec, que han intervenido como peritos públicos, han concluido a raíz de las pruebas y entrevistas que han hecho a Rivas que la mujer tenía rencor y rabia a su ex, el padre de Yaiza, por haber iniciado una relación con otra mujer y temía que ésta la sustituyera como madre o la alejara de su hija; algo que el perito de la defensa ha descartado y considera que en cambio la mujer estaba «deprimida y desesperanzada».

Uno de los psiquatras del Imelec ha valorado que fue a partir de esa frustración cuando Rivas decidió matar a su hija y suicidarse: «Empieza a desarrollar una idea de que aquello no tiene solución y no toma estrategias de pedir ayuda o explicarlo a su entorno, nadie nota la depresión y ella empieza a gestar de manera planificada cómo acabar con esta situación».

«Empieza a elaborar la idea de que se marchará porque aquello no tiene solución, y cuando ella decide dar el paso mentalmente, en ese momento explica que se relaja, la ansiedad disminuye, y de manera instrumental, fría, calculada, va retirando fármacos de la unidad de farmacia donde está y se va preparando», ha añadido el psiquiatra al recordar que la mujer se llevó medicamentos durante semanas de la clínica donde trabajaba como auxiliar de farmacia.

"filicidio por venganza"

El perito de la defensa ha descrito el crimen como un suicidio ampliado ya que la mujer tenía la intención de morir también (cuando llegaron los sanitarios pensaron que estaba muerta por su estado inconsciente), pero para los forenses del Imelec fue un «filicidio por venganza, no hay indulgencia, no es un tema delirante, sí tiene que ver con la venganza».

Los forenses del Imelec descartado de plano que la mujer sufriera ninguna «sintomatología psicótica de desconexión de realidad», afirman que era consciente de lo que hacía y han remarcado que no existe ningún historial psiquiátrico de la mujer antes del crimen, lo que para el perito de la defensa se explica por su trastorno de personalidad evitativa que supuestamente hizo que no hablara de sus problemas ni siquiera con su entorno más cercano, y ha asegurado que la mujer tenía ideas delirantes.

«No puede ser que por hechos que se están discutiendo ahora descubramos un trastorno de personalidad que nadie a su alrededor había descubierto», ha zanjado el psiquiatra del Imelec ante las afirmaciones del perito de la defensa de que Rivas supuestamente tenía ideas delirantes y un trastorno de perosonalidad.

"sintió alivio"

La psiquiatra del Imelec ha añadido que cuando la entrevistaron Rivas expresó frustración por el hecho de que ella hubiera quedado viva tras el intento de suicidio, no por la muerte de la menor, y el perito de la defensa ha afirmado que la mujer dijo que tras el crimen «sintió alivio porque el sufrimiento y el miedo ya habían acabado».

«Es un acto de desesperación, no hay motivo para pensar que sea venganza ni nada. Es un momento de desesperación en el que le da igual lo que pase después, porque ella se ha ido con la niña», ha defendido el psicólogo contratado pro Rivas.

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