La ciudad de València celebra la festividad de las Cruces de Mayo con un total de 85 monumentos florales que engalanan las calles y plazas de distintos barrios, realizados por asociaciones culturales, comisiones falleras y festivas, parroquias y otras entidades, que están confeccionadas a partir de flores naturales y frescas, adornadas con flores secas, plantas y piedras, y que cuentan en algunos casos con incluso juegos de agua y luz.
Las tradicionales Cruces de Mayo son colocadas cada año por parroquias, iglesias, colegios, comercios, asociaciones culturales y festivas con motivo de la festividad de la Santa Cruz que se celebra este viernes 3 de mayo. Las flores se confeccionan con flor natural y fresca y se pueden usar como complementos ornamentales la flor seca, plantas, piedra rocosa o juegos de luz y agua.
La tradición afirma que Santa Elena descubrió la reliquia de la Santa Cruz, en el siglo IV. La Iglesia antigua celebraba ese descubrimiento el día 3 de mayo y, en su memoria, se levantan cruces adornadas con flores.
Por su parte, la asociación Lo Rat Penat convoca cada año, desde 1949, un concurso de Cruces de Mayo en el que participan todas estas asociaciones. De hecho, el jurado, que ha visitado las propuestas este viernes, concederá premios que van desde los 1.000 euros del primer clasificado en Especial a 200 euros de sección Primera.
En este proceso se tiene en cuenta la cantidad y calidad de la flor, las rarezas de las especies vegetales y florales, la composición cromática, la simbología, los elementos y la flora autóctona, la presencia de agua, los elementos estructurales, el diseño, la innovación, la originalidad y todos aquellos detalles que ayudan a realzar la imagen.
Se trata de cruces que históricamente han sido confeccionadas por los participantes a partir de flores naturales y frescas, adornadas con flores secas, plantas, piedras, juegos de agua y luz.
Instituciones
Además de las diferentes asociaciones culturales, comisiones falleras y festivas, parroquias y otras entidades que participan en este concurso, diversas instituciones se suman a la festividad con la instalación de sus respectivas Cruces de Mayo.
Por ejemplo, el Arzobispado de Valencia participa en el mismo --aunque fuera de concurso-- y su cruz ha sido bendecida este viernes por el arzobispo, Enrique Benavent. Se encuentra instalada en la logia o galería exterior del edificio del Palacio Arzobispal, recayente a la plaza de la Almoina.
Por su parte, el Ayuntamiento de València también celebra la festividad de la Cruz de Mayo, con la recuperación de la instalación de su propia Cruz ante la fachada del edificio consistorial, así como la Diputación de Valencia, con su Cruz en la plaza de Manises, en la que los elementos de la huerta valenciana son protagonistas, junto a las flores.
Además, la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte ha instalado «por primera vez» de uno de estos monumentos florales en el patio gótico del Palau dels Catalá de Valeriola, ubicado en la Plaza de Nules de València.
Santa cruz
La fiesta de la Cruz de Mayo es una alegoría del hallazgo en Jerusalén de la Santa Cruz, atribuido según la tradición a Santa Elena, madre del emperador Constantino, trescientos años después de la crucifixión de Jesús, durante el mes de mayo. Dos milenios después, la Cruz de Mayo se celebra en diferentes ciudades tanto en la Comunitat Valenciana como sobre todo en Andalucía, con Granada y Córdoba como ciudades «más destacadas» en este arte.
En el caso de la ciudad de València, esta tradición es promovida principalmente a través de las comisiones falleras y por hermandades, parroquias o asociaciones culturales y vecinales, que contribuyen así a «preservar esta festividad».
Precisamente, este 2024 se ha producido un «notable incremento» del número de Cruces de Mayo que participan en el concurso organizado por la asociación Lo Rat Penat, con más de 85 en toda la ciudad, a las que se suman además las promovidas desde «las principales instituciones».