El expresidente de la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, ha recibido el Premio Aragón 2024 este martes, 23 de abril, en el acto oficial del Día de la Comunidad Autónoma que se ha celebrado en el Palacio de La Aljafería, donde ha emplazado a los aragoneses a comprometerse con su futuro, en el que el agua y el regadío «deben tener un papel central que nunca debimos perder de vista».
«Un papel en el que a lo largo de tantos años y con todos y cada uno de los gobiernos centrales, autonómicos, provinciales y locales hemos defendido en Aragón, junto con la necesidad de comprender el concepto unitario de la cuenca del Ebro y su gestión», ha continuado.
Trillo, quien también ha ostentado la presidencia de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes, la vicepresidencia de la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y ha pertenecido al Consejo Nacional del Agua, ha urgido a «pensar sin cortapisas en lo que queremos para este territorio en el futuro».
En este sentido, ha reivindicado la importancia de que Aragón alcance la igualdad con otros territorios en materia de regulación hiperanual, mejorar los niveles de almacenamiento en embalses, en un tiempo en que «son garantes de la gestión de las energías renovables»; evitar las inundaciones de las riberas; y, sobre todo, asegurar la soberanía alimentaria con regadíos que cuenten con plena garantía de suministro y no se vean obligados a riegos deficitarios.
Generosidad
Aragón «somos un pueblo dado a la generosidad, generosos en el éxodo de los años 70, contribuyendo al crecimiento de comunidades vecinas, generosos en producir energía renovable para su explotación fuera de nuestros límites» y también «generosos obligados por la falta de regulación a que lleguen 6.000 hectómetros cúbicos anuales por encima de los caudales ambientales al mar», ha expresado César Trillo.
Pese a la incertidumbre del futuro, ha animado a que los aragoneses estén preparados para dar un salto a la agricultura digitalizada de este siglo, profesional y con capacidad para volver a ser atractiva profesional y económicamente a los jóvenes. Así como para la relocalización de producciones y procurar su viabilidad desde el equilibrio y las reglas justas en materia de producción frente a terceros.
Del mismo modo, ha aludido a la necesidad de ser capaces de generar «empleo y futuro en nuestras comarcas, sangradas por la despoblación, pero en las que soñamos plazas y calles con vida». Para todo ello, ha considerado el agua como «elemento fundamental», tanto como lo son el trabajo y el esfuerzo, la paciencia y la negoción, la voluntad de diálogo y de encuentro entre todas las formas de ver y entender el futuro.
Por último, ha agradecido que se le haya otorgado el Premio Aragón 2024, porque significa situar en el centro «a la agricultura, al agua y a las comunidades de regantes, como gestoras de un bien público, de lo colectivo sobre lo individual, de la organización de los comuneros y la defensa de un bien común por encima de visiones cortoplacistas»: «Es un honor que, como aragonés, hace que me sienta querido en mi tierra y orgulloso de ser de aquí».
35 años de trayectoria
Por otro lado, César Trillo ha rememorado sus 35 años vinculados a Riegos del Alto Aragón, repasando acontecimientos como los Pactos del Agua de 1992, sus revisiones, la última firmada en el año 2023, ha apuntado; también se ha referido al Plan Hidrológico de 2001 y la movilización social en torno al agua en Aragón, a la desaparición de las obras de regulación históricas en los planes de medidas en el Plan Hidrológico de la Demarcación 2021-2027.
Igualmente, ha comentado el nacimiento del concepto de modernización de regadíos, fruto del Plan Nacional de Regadíos Horizonte 2008, cuya financiación se condiciona a estrictos cumplimientos ambientales derivados del Plan de Recuperación y Resiliencia y los fondos NEXT Generation.
En este tiempo, ha seguido Trillo, «hemos vivido la irrupción del medio ambiente como prioridad frente a la producción agraria y asistimos a profundos cambios en materia energética y sus efectos sobre el regadío para el nacimiento de los caudales ambientales de los ríos y la búsqueda del diálogo entre el llano y la montaña, reparando una brecha que nunca debió separarnos».
«Desafortunadamente, ha lamentado, estos 35 años no han servido para finalizar Riegos del Alto Aragón, tras cien años desde su nacimiento, y en los que hemos visto desfilar el embalse de Biscarrués de 192 hectómetros, el embalse del Susía, el embalse de Biscarrués de 35 hectómetros y llegamos a la actualidad con el embalse de Almudevar finalizado, pero sin poder parar las puntas de avenida del río Gállego».
También ha recordado, al recibir el Premio Aragón 2024, Francisco Orús, «compañero durante tantos años, amigo y vicepresidente de Riegos del Alto Aragón, que ya no nos acompaña pero forma parte de nuestro agradecimiento».