El único expresidente socialista de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, ha sido elegido este martes presidente del Consejo de la Cámara de Cuentas regional, según han informado desde la Asamblea de Madrid en un comunicado.
Ha sido en la primera reunión del Consejo celebrada este mismo martes tras la toma de posesión de los siete elegidos por la Asamblea de Madrid el pasado jueves en Pleno a propuesta de los grupos parlamentarios. Leguina, Francisco Cabrillo Rodríguez, Carlos Salgado Pérez, Graciela María Soledad García Díaz y Ana Cossío Capdevilla fueron los nombres propuestos por el PP, mientras que el PSOE planteó a María Otilia Armiñara y Más Madrid a Verónica López Sabater.
Junto a la Presidencia del órgano también se ha elegido al vicepresidente, cargo de nueva creación para el que se ha elegido a Carlos Salgado Pérez, quien ostentaba hasta ahora presidente en funciones.
Así, queda constituida la nueva Cámara de Cuentas que no se renovaba desde 2012 y que se convertía en centro de la actualidad hace un mes, cuando se daba a conocer que Leguina era una de las propuestas 'populares'. Entonces los socialistas se mostraban «estupefactos» y apuntaban a que «cada uno elige cómo quiere ser recordado».
En 2022 el PSOE suspendió de militancia a Leguina a raíz de un expediente de expulsión abierto a él y a Nicolás Redondo en 2021 al entender el partido que habían pedido el voto para la presidenta autonómica y entonces candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso.
"pilar fundamental del desarrollo de la región"
La jura o promesa del cargo de los consejeros, cuyo mandato es de seis años y el sueldo anual de 101.059 euros, ha tenido lugar en el atrio de la Asamblea de Madrid y ha estado encabezado por el presidente de la Cámara, Enrique Ossorio.
«Es un pilar fundamental en el desarrollo de la región», ha defendido Ossorio, quien ha reivindicado la «responsabilidad en la gestión de los recursos» y la «correcta administración de los fondos públicos para el bien de todos».
Augura que los nuevos consejeros ejercerán de «forma encomiable» el control de las cuentas y de los fondos autonómicos, especialmente en una sociedad que «cada vez más» requiere de «transparencia y rendición de cuentas».