La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, ha señalado este miércoles que la aspiración del Gobierno andaluz es duplicar la contribución actual de 70 hectómetros cúbicos procedentes de aguas regeneradas, para situarse en los 140, de manera que «eso nos va a convertir en la primera de España y la primera de Europa», al tiempo que ha reivindicado haber pasado de que la depuración de aguas ha pasado de ser de un 4% en 2018 a alcanzar un 17%, cota que estaría por encima de la media de España, situada en un 11%.
Durante una comparecencia en el Pleno del Parlamento sobre aguas regeneradas, Crespo ha indicado que «hay comunidades que depuran el 98% de sus aguas y nos queremos parecer a ellas», quien ha asegurado que «sin aguas regeneradas es muy difícil crecer», convencida de que «estamos haciendo todo por dar una segunda oportunidad al agua», de lo que ha puesto como ejemplo que «Andalucía tiene más del doble que Cataluña en aguas regeneradas».
Entre otros réditos la consejera ha reivindicado que se pueda apreciar «una trazabilidad agrícola con menos huella hídrica», que ha cifrado en productos con un 20% menos de consumo de agua, y con ello «el consumidor pueda apreciar cómo usamos este tipo de agua», de lo que ha puesto como ejemplo oportunidades de los 22,5 hectómetros cúbicos para «tener la oportunidad de regar» en zonas como la Axarquía malagueña, así como otros 14 hectómetros cúbicos para el Poniente almeriense, de manera que estos territorios tendrían «una oportunidad cero de regar si no es con estas aguas».
Crespo se ha preguntado de forma retórica si «esta revolución absoluta es sólo para la agricultura» para reivindicar entonces que también «hay más hectómetros cúbicos para la industria, para el hidrógeno verde», que ha cifrado en una contribución de 20 hectómetros cúbicos«, una iniciativa que ha presentado como »atrayendo inversiones a nuestra tierra".
Otra contribución de las aguas regeneradas la ha llevado Crespo a hablar de «nutrir nuestros acuíferos», además de que «no solo sea menor el agua en boca», ámbito al que ha sumado otros sectores como la industria y el turismo, sector donde ha apuntado que los campos de golf se riegan con un 60% de aguas regeneradas, así como ha blandido los 25.000 empleos que crean las infraestructuras hidráulicas.
En su resumen de la aportación de las aguas regeneradas la consejera de Agricultura ha hablado de «mejoras ecológicas, de posibilidades contra sequía, de que crea empleo en zonas rurales, las grandes inversiones que dan oportunidad al hidrógeno verde, el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua, el etiquetado de los productos agrícolas».
Sin dejar de reivindicar los 27 hectómetros cúbicos previstos en el trasvase del Tajo-Segura hacia el Levante español, de los cuales 5 serían para la provincia de Almería, la consejera ha esgrimido «el cambio de paradigma» que ha asociado al Gobierno que preside Juanma Moreno con la premisa de que «si no hay depuradoras no hay aguas regeneradas», de las que ha indicado que están en marcha 300 que han traído consigo 126 hectómetros cúbicos de nueva agua, para señalar como emblema de «la dejadez absoluta de los gobiernos socialistas» la inversión de 179 millones del canon del agua y que había «más de 500 sin gastar».
Con el paréntesis que ha traído las lluvias de la borrasca Nelson durante la Semana Santa, Crespo ha advertido de que «la sequía en Andalucía no ha finalizado», para lo que se ha remitido al comportamiento que hubo en los años 90 durante la anterior sequía para apuntar que el objetivo es lograr que «Andalucía tiene equilibrio hídrico gracias a todas las obras hídricas», para apuntar aquí los 1.500 millones invertidos con 1.097 obras en ejecución aun cuando «las tuberías son poco vistosas desde un punto de vista electoral, pero el beneficio es tal que no podemos olvidarlo».
En el horizonte ha situado actuaciones como dos desaladoras nuevas para la Axarquía y Almanzora dos, la mejora de la capacidad de El Atabal en Málaga, la presa de Rules, o la aspiración de recibir el bombeo de 75 hectómetros cúbicos desde la presa de Alqueva en Portugal para el Bocachanza.
«Hay mucho por hacer, el ritmo no puede bajar», ha proclamado la consejera de Agricultura, convencida de que «el agua es un bien común que no queremos ideologizar».