La portavoz del Consell, Ruth Merino, ha lamentado que los valencianos sean «los cabezas de turco» y se vean «de nuevo perjudicados» con la pérdida de frecuencias de los AVE entre València y Alicante y Madrid por las obras en la estación de Chamartín.
Así ha valorado, en rueda de prensa tras el pleno de gobierno, la reorganización de los servicios de Alta Velocidad establecida por Renfe a partir de este pasado lunes con motivo de las obras de ampliación de Adif en Madrid Chamartín. Esta actuación, que se prolongará hasta julio, pretende duplicar la capacidad de la estación para trenes de alta velocidad y larga distancia.
Merino ha advertido que la reducción de servicios hasta València y Alicante «no tiene buena pinta» y el Consell esperara a ver «en qué se concreta». Además, ha defendido que no importa que haya «convoyes más largos» si se eliminan AVE en determinados horarios.
En la misma línea, ha vuelto a denunciar la situación de los trenes de Cercanías, garantizando que la consellera de Transportes, Salomé Pradas, está «muy preocupada» y en contacto con el Ministerio para que «los usuarios dejen de sufrir el calvario de los continuos retrasos y suspensión de trayectos todas las mañanas».
En concreto, según anunció Renfe, en los AVE se mantiene el 95% de la oferta de plazas de la relación Alicante/València con Madrid. En el caso de la capital alicantina, la nueva estructura de los servicios trae consigo una conexión Avlo entre Alicante y Valladolid.
En función de la capacidad de la infraestructura con las obras, se suprimen cuatro conexiones diarias (dos por sentido) de Alicante con Madrid, por lo que la oferta pasa de 30 a 26 servicios diarios.
Por su parte, València cuenta con una conexión AVE con León, efectuando paradas intermedias en Valladolid y Palencia. En este caso, la oferta pasa de 32 a 28 servicios de alta velocidad diarios, suprimiendo cuatro conexiones diarias (dos por sentido).