El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha reivindicado el «vasto y extenso» legado de Jose Antonio Ardanza, fallecido este pasado lunes a los 82 años de edad, del que ha destacado su contribución al progreso de la sociedad vasca, su «firmeza ética» contra el terrorismo y su capacidad para lograr «consensos sociales y políticos» durante su etapa al frente del Gobierno Vasco (1985-1999).
Urkullu ha comparecido este martes en el Palacio de Ajuria Enea, residencia oficial de los lehendakaris ubicada en Vitoria-Gasteiz, para leer una declaración institucional con motivo del fallecimiento de Ardanza, del que ha destacado que «representa una trayectoria de servicio público honesto e intensamente entregado al bien común de la sociedad vasca, así como al presente y futuro de Euskadi y de su autogobierno».
El actual lehendakari, que ha trasladado sus condolencias y su afecto a los familiares y allegados de Ardanza, ha destacado que el histórico dirigente --miembro del PNV, al igual que el propio Urkullu-- deja un legado «vasto y extenso» por su contribución «al progreso de la sociedad vasca».
Urkullu ha recordado el «trabajo incesante» realizado por Ardanza, que fue lehendakari entre 1985 y 1999, para impulsar la recuperación económica de Euskadi «en medio de una profunda crisis industrial y reconversión».
Medidas "pioneras"
El lehendakari ha destacado que los gobiernos precedidos por Ardanza pusieron en marcha medidas sociales «pioneras», con el objetivo de asegurar la cohesión de la sociedad vasca.
A su vez, ha reivindicado la «lucha sin descanso en favor de la paz y la convivencia» que protagonizó el fallecido exlehendakari, del que ha puesto en valor «su firmeza ética y la condena sin paliativos de la violencia y el terrorismo durante sus años más duros y sangrientos».
También ha subrayado la «defensa de la dignidad humana» y la «disposición al diálogo y al acuerdo» de Ardanza, de quien ha recordado «su capacidad de tender puentes por encima de las diferencias». En este sentido, ha destacado «su paciencia y su constancia para construir los consensos sociales y políticos que se necesitaban en cada momento, siempre con lealtad y con la más alta dignidad institucional».
La declaración institucional leída por Urkullu alude también a los valores «humanistas y democráticos» que guiaron la trayectoria del exlehendakari, del que ha indicado que «defendió su ideario siempre desde el respeto a los derechos humanos, la pluralidad y la convivencia democrática».
"referente político e institucional"
«Ha sido un referente político e institucional de primer orden en Euskadi», ha añadido Urkullu, que ha manifestado que el legado de Ardanza es «un ejemplo de entrega y compromiso con la sociedad vasca para todas las personas que asumimos una responsabilidad pública con nuestro país». De esa forma, ha indicado que Ardanza «inspira un profundo respeto y reconocimiento por lo que dijo, por lo que hizo y por todo lo que dio».
Urkullu ha recordado que Ardanza nació en Elorrio (Bizkaia) en 1949, en una época en la que «eran patentes las consecuencias políticas, económicas y sociales» del golpe militar de Franco y de la Guerra Civil (1936-1939).
Todo ello --ha añadido-- «marcó la juventud de Ardanza y de toda una generación en la aspiración de libertad y democracia para nuestro pueblo». Urkullu ha recordado que el exlehendakari fue miembro del PNV «desde el tiempo de dictadura» franquista, y ha explicado que «su compromiso político e institucional vino precedido por una determinación de entrega y dedicación social, tanto en el ámbito cooperativo como de la empresa».