El consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón, Ángel Samper, ha recorrido este martes los municipios ribereños afectados por las crecidas del Ebro, donde ha recogido la urgencia de «despejar» el cauce para evitar inundaciones y garantizar su futuro y ha apostado por priorizar las inversiones: «primero las personas, segundo la tierra de cultivo y tercer la flora y la fauna».
Los alcaldes de Boquiñeni, Cabañas de Ebro, Nuez de Ebro, Osera de Ebro, Quinto y Pina de Ebro han recibido la visita de Samper. Es la primera ocasión, han afirmado los alcaldes, en la que un consejero de Agricultura visita a pie de mota estos términos municipales, ha informado el Gobierno autonómico.
«Debemos empezar por un estudio técnico que avale lo que reclaman desde hace años los ayuntamientos de la Ribera Alta y Baja del Ebro. La limpieza del Ebro es fundamental para que no se produzcan las afecciones que rompen motas haciendo peligrar a los habitantes, destrozan los cultivos y ahogan animales», ha reiterado el consejero.
Asimismo, ha recordado que el recrecimiento de Yesa y la limpieza serían las dos grandes soluciones a estas afecciones y ha pedido a todos los alcaldes un informe técnico para trabajar con otros departamentos y entidades haciendo participe a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Visita a la ribera alta
La jornada ha comenzado en Boquiñeni, donde su alcaldesa, Raquel Cosculluela, ha dado la bienvenida al consejero y a la directora general de Desarrollo Rural, Rosa Charneca. Con agricultores y ganaderos del municipio han visionado las incidencias provocadas por la última crecida del Ebro.
«La mota que se construyó no es suficiente para parar el volumen. A ello se une que en otras poblaciones las construidas son de mayor fuerza y mandan el agua hacia nuestro municipio, aumentando el peligro», ha afirmado la alcaldesa.
En Cabañas de Ebro, su alcalde, Pedro Sanz, ha paseado con el consejero y la directora general por las choperas afectadas por la ultima crecida. «No es lógico que el río entre y vuelva a entrar en estos terrenos dejando grandes capas de arena y madera que tienen que limpiar los propietarios sin ninguna ayuda. Hay que invertir en obras que perduren. No entendemos la política de la CHE que ignora estas cuestiones», ha comentado.
Visita a la ribera baja
El alcalde de Nuez de Ebro, Emilio Ferrero, el equipo de gobierno, agricultores y ganaderos de la localidad han visionado una de las islas que se han formado a lo largo de los años en su término municipal. «Además de estas islas la construcción de la ARA-2 hace de dique que encauza el agua de las crecidas hacia Nuez. En 2018 la crecida inundo una granja en la que perecieron 400 animales. La granja se había construido en terreno no inundable e incluso se había elevado por encima de lo habitual. Esto es consecuencia de la falta de limpieza que necesita el río», ha asegurado Ferrero.
En Osera de Ebro, Samper ha recordado que «con la limpieza esta en juego la supervivencia de los pueblos. Además de la preocupación por sus habitantes como prioridad, si el agua los inunda, no se puede cultivar, ni criar animales, no hay sector productivo y no se crean puestos de trabajo».
El alcalde de esta población ha trasladado al consejero a la cercanía de una isla de 39 hectáreas formada por sedimentación de barros y vegetación, «que ahoga las tierras en días de crecida».
En Quinto, su alcalde, Jesús Morales, ha reafirmado su postura de que «limpiar el cauce es la única manera de no poner en peligro a los habitantes y a los cultivos de los pueblos de la comarca» y ha lamentado «el silencio o la negativa» de la CHE a pesar de llevar «años» reclamándola.
El recorrido ha finalizado en Pina de Ebro, cuyo alcalde, Pablo Blanquet, ha recordado que es «una población que ve peligrar su casco urbano cuando las crecidas son extraordinarias». «Si no se limpia el cauce tarde o temprano Pina se inundará», ha añadido.
Samper ha atendido a los responsables de sindicatos, agricultores y ganaderos, muy preocupados ante los años de falta de sensibilidad en un tema que «puede dejar vacíos a los pueblos de la ribera».
«Los más jóvenes no quieren quedarse a vivir pues no ven futuro en la tierra, una tierra muy fértil pero con una gran problemática con el río, que no debería ser un problema, sino un gran aliado», ha finalizado.