El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Arganda del Rey ha dictado esta semana prisión provisional comunicada y sin fianza para dos hombres detenidos por la Guardia Civil por grabar contenido sexual a dos chicas de 17 años y vender esas imágenes en conocidas redes sociales.
Los hechos fueron desvelados por la directora del IES Las Lagunas de Rivas Vaciamadrid, que denunció ante la Guardia Civil hace unos meses que una alumna menor de edad que estudiaba en su centro, M., estaba haciendo vídeos porno y vendiendo contenido multimedia sobre prácticas sexuales en solitario o con otras personas.
La propia menor, defendida por la abogada Beatriz Uriarte de Ospina Abogados, en alguno de los vídeos nombró a una agencia y explicó cómo se inició en esta actividad, diciendo que su padre «estaba en casa y conocía lo que había pasado», tal y como aparece en el auto al que ha tenido acceso Europa Press.
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y de la Policía Judicial de Rivas Vaciamadrid comenzaron entonces a investigar. Así, los agentes localizaron uno de los lugares donde la niña estaría realizando esos vídeos con mayores de edad, situado en las Cuatro Torres del Paseo de la Castellana de Madrid. También grababan en hoteles de lujo de Barcelona.
En la investigación, los agentes lograron identificar a dos personas, R. y E., que recogían a la menor y la llevaban a hoteles donde esta realizaba algunos de los vídeos de carácter sexual. Por ello, la chica recibiría dinero a través de bizum a través de una cuenta cuyo titular es su padre, «investigado por estos hechos que es quien recibe el dinero de los bizum».
Las pesquisas de la Policía Judicial indican que si bien la menor M. y probablemente su progenitor se estaría lucrando por la venta de este material pornográfico, «habría una organización que estaría dando soporte económico, técnico y humano previo a la menor y que de la creación y distribución de ese material estarían obteniendo un importante lucro económico».
Menores en situación de precariedad
Los investigadores señalan que estas personas estarían utilizando a menores en situación de precariedad, como por ejemplo M., una migrante de Venezuela con una difícil situación económica. Pero en el transcurso de las pesquisas se menciona a otra víctima menor anterior, T., que habría sido trasladada a Chipre por R. y encerrada en una vivienda «haciéndola trabajar día a día» realizando vídeos de contenido sexual e incluso agrediéndola.
De las conversaciones telefónicas analizadas por la Guardia Civil se desprende que el 'modus operandi' del detenido R. era asilar y alejar a las chicas de sus familias, llevándolas incluso a otro país, para allí explotarlas sexualmente. Además, se observa la dependencia emocional de las víctimas respecto a ese presunto tratante.
M. se enteró de lo que le ocurrió T. e intentó dejar la relación sentimental que creía mantener con R. en un encuentro que ambos mantuvieron en un domicilio. Por ello, al apreciar un posible riesgo para la integridad física de la adolescente, dos guardias civiles se desplazaron a esa casa. Pero, aunque escucharon gritos, luego ambos habían resuelto sus problemas, continuando «con su convivencia y actividad juntos».
La investigación policial también demuestra que los detenidos eran conocedores de la minoría de edad de M., ya que utilizaban documentos de otra persona para alojarla en un hotel, entre otros ejemplos. También aprecian la «mercantilización y cosificación» de la chica. También de las conversaciones se enteran de que sabían que la otra víctima tenía en el momento de los supuestos hechos delictivos 17 años.
El auto también recoge que el sospechoso R. se dedicaba a la gestión de cuentas de Only Fans a través de una agencia de «representación, promoción de modelos y la gestión de cuentas, cuando dichas denominadas modelos lo que hacen es contenido pornográfico junto con los investigados, material que se vende y reparten el dinero al 50%». Y que su socio, E., se dedicaría a la captación de chicas.
Captadas por el método del 'lover boy'
La Guardia Civil cree que las menores fueron captadas por su presunto tratante en la red social Tinder y «se hicieron novios», manteniendo las víctimas una fuerte dependencia emocional respecto a él. El mecanismo de captación y explotación es el denominado 'Lover boy', «conocido 'modus operandi' de algunos tratantes en la comisión de Delitos de Trata de Seres Humanos».
En el auto se devela también que no era la única interacción de este individuo con chicas menores de edad. Por todo lo anterior, el Ministerio Fiscal redactó que existen indicios de criminalidad al menos por un delito de corrupción de menores e inducción a la prostitución, entendiendo que existe también un riesgo de destrucción y ocultación de pruebas.
Durante su declaración ante la Guardia Civil, el arrestado E. negó que se dedicara a captar a chicas, apuntó que «nunca se ha lucrado del dinero del porno y nunca ha autorizado la difusión de ningún vídeo de carácter sexual en el que él apareciera». También declaró que todas las relaciones sexuales mantenidas con las perjudicadas habían sido consentidas y que pensaba que eran mayores de edad.
El otro detenido reconoció que gestionaba cuentas de Only Fans de chicas pero que él «ni contacta ni graba a menores, que todo lo que hace es con consentimiento, que incluso tiene contratos con algunas, que graba en su casa y otras veces en hoteles u otros lugares y que alguna vez da ciertas 'directrices o consejos' a las chicas para sus grabaciones».
Igualmente, R. manifestó que T. es su expareja y que amenazaba y acosaba a M. y que está obsesionada con él. Y que conoció a M. por Tinder, «que es una app a la que para pertenecer hay que ser mayor de edad, motivo por el que él pensaba que era mayor de edad».
Finalmente, el Juzgado de Arganda ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para los dos investigados como presuntos responsables de dos delitos de trata de seres humanos, otro delito contra la Hacienda Pública, y a que facturaban en el extranjero, y delito otro corrupción de menores e inducción a la prostitución.
También les impone la prohibición de los arrestados de acercarse a menos de 500 metros de las dos chicas, así como comunicar con las mismas por ningún medio.