Laura García Lorca, sobrina-nieta del poeta, ha presentado su dimisión como miembro del Patronato Federico García Lorca tras conocer las declaraciones del nuevo director de este organismo, Antonio Membrilla (PP), sobre memoria histórica, a la que se refirió en 2020 a través de redes sociales como «memez histórica».
En una breve carta, a la que ha tenido acceso Europa Press, Laura García Lorca ha trasladado al presidente de la Diputación de Granada su decisión de dejar el patronato, institución que gestiona la Casa Museo del poeta en su pueblo natal, Fuente Vaqueros (Granada), y el Centro de Estudios Lorquianos, lugar de referencia para investigadores y estudiosos de la vida y obra del poeta.
«Querido presidente, como miembro del Patronato Federico García Lorca de la Diputación de Granada, habiendo leído las declaraciones del nuevo director difundidas en la prensa, me considero obligada a presentar mi dimisión», expone en esta breve misiva la sobrina-nieta del poeta, que ha rehusado hacer más declaraciones al respecto.
La Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación ha sido uno de los colectivos memorialistas que en los últimos días se han sumado a las peticiones de cese inmediato de Antonio Membrilla, como nuevo director del patronato «por haberse burlado de las víctimas del franquismo».
Su nombramiento supone a juicio de este colectivo «una provocación más del Partido Popular al movimiento memorialista de Granada, que sigue buscando los restos de nuestro poeta universal, más leído y admirado».
«La Casa Museo de Fuente Vaqueros, que conoció tiempos de gloria con nuestro querido Juan de Loxa, no se merece un director, sin sensibilidad lorquiana, que menosprecia al poeta y considera la búsqueda de sus restos como una memez histérica», lamentan.
El nuevo director del Patronato Federico García Lorca, Antonio Membrilla (PP), pidió hace unos días disculpas «si alguien se ha visto ofendido o ha malinterpretado» el mensaje que publicó en 2020 en redes sociales en torno a la Ley de Memoria y contextualizó su comentario como respuesta a otro, haciendo un «juego de palabras» para señalar a quienes ejercen una «crítica selectiva» visibilizando «a unas víctimas sólo, frente a otras que quedan en el olvido».