La organización naturalista ANSAR ha emprendido un 'crowfunding' --una petición de ayuda- a toda la sociedad aragonesa para llevar a los tribunales la avalancha de proyectos de implantación de energía renovable en el territorio después de que hayan agotado todas las vías administrativas.
Desde ANSAR ha explicado que en los últimos años hay una proliferación de implantación de proyectos renovables en Aragón y en la actualidad hay en tramitación casi tantos proyectos como los ya instalados.
Tras dejar claro que «en absoluto» es para satisfacer las necesidades de electricidad de Aragón porque ya están cubiertas con las instalaciones en funcionamiento, han alertado de que la estrategia es exportarla a las comunidades vecinas por grandes Líneas Aéreas de Alta Tensión --LAAT de 400.000 voltios--.
Además, estas líneas «serán privadas, de Forestalia», han concretado por lo que han estimado que es el momento de «parar este despropósito». ANSAR lleva trabajando varios años para frenar este modelo de implantación bajo el lema «Renovables sí, pero no así» y son socios fundadores de la plataforma «13 de Marzo» junto con otras asociaciones y plataformas de todo Aragón.
Enlace de aportaciones
Desde esta plataforma trasladan esta petición de ayuda a toda la sociedad aragonesa para entrar en la vía judicial contra estos proyectos -- que son 6 LAAT a tres comunidades autónomas vecinas--, después de haber agotado la vía administrativa.
Para ello han empezado la citada campaña de crowdfunding en la Plataforma «Mi grano de arena» a la que se accede en el enlace 'https://www.migranodearena.org/reto/respuesta-ciudadana-a-lo...' y en la página principal de la web de Ansar.
Asimismo, desde la Plataforma 13 de Marzo están organizando también una manifestación en Zaragoza para el próximo 7 de abril de 2024, de la que en breve aportarán más detalles.
Tras indicar que «es el momento de actuar», han apelado a la solidaridad para que los ciudadanos aporten donativos para luchar contra este «destrozo de paisaje y que es probablemente la mayor amenaza para la biodiversidad desde hace décadas. No podemos quedarnos de brazos cruzados», han apremiado.