El Obelisco de Calatrava, en Plaza Castilla, seguirá sin movimiento, como desde hace quince años, por el elevado coste que esto supondría, ha informado la directora de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, Elena Hernando, en la comisión de Cultura, Turismo y Deporte.
Hace más de una década tenía «un coste de 150.000 euros», esto es, «cerca del 50 por ciento del importe total invertido en la conservación del resto de monumentos municipales». «Con la subida de precios de estos últimos años es de suponer que el presupuesto necesario para financiar el movimiento del Obelisco sería muy superior al de 2012», ha constatado Hernando ante una pregunta de Vox.
«En la actualidad no hay previsión de variar las condiciones de la situación del Obelisco. Si se plantease la habilitación del monumento con el mecanismo original habría que volver a contratar su mantenimiento anual», ha señalado la directora.
El Obelisco de Calatrava lleva parado desde su inauguración hace casi quince años, en septiembre de 2009, al haber dado problemas a los pocos días de inaugurarse. El monumento fue la primera obra en Madrid del arquitecto valenciano. La desaparecida Caja Madrid lo donó a la ciudad: sus 93 metros de altura de bronce y acero, con un revestimiento de pan de oro, se concibieron como el vértice en perspectiva de una pirámide imaginaria con respecto a las dos torres vecinas.
Una de sus características más originales era que la columna se dotó de una maquinaria hidráulica interna para darle movimiento. Sería una simulación de movimiento helicoidal, esto es, el monumento no giraría pero daría la sensación de hacerlo gracias al fluir de las lamas. Finalmente las anteriores Corporaciones decidieron que no era viable el movimiento inicialmente ideado por el coste que tendría para las arcas municipales.