La Fiscalía solicita penas de 11 años de prisión para los dos presuntos patrones de una patera que volcó en alta mar en febrero de 2023 cuando huía de una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, lo que provocó que dos de sus ocupantes murieran ahogados.
Los agentes lanzaron chalecos salvavidas e intentaron sacar del agua a las 13 personas, pero los fallecidos, dos jóvenes de 26 y 25 años, «no sabían nadar y se hundieron», por lo que sus cuerpos fueron rescatados ya sin vida frente al litoral de Mojácar (Almería).
El Ministerio Público atribuye a los dos acusados la presunta comisión de dos delitos de homicidio por imprudencia y de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
El escrito de calificación provisional, al que ha tenido acceso Europa Press, indica que la embarcación, de «pequeñas dimensiones con cinco metros de eslora», partió el 31 de enero de una playa de Argelia con los dos procesados y otras 13 personas a bordo, que habrían abonado alrededor de 7.000 euros por la travesía hasta España.
La Fiscalía señala que, pese a que «era totalmente inadecuada para el viaje» y carecía de cualquier medida de seguridad, navegó «en horas nocturnas, con marejada, viento fuerza tres y con olas de una altura de hasta 1,25 metros».
Remarca que portaba bidones de combustible que, además del «peligro de deflagración», suponían un «incremento del peso de la embarcación, que afectaba su estabilidad».
El Ministerio Público indica que los dos acusados actuaron de común acuerdo y que uno se encargó presuntamente de la conducción, mientras que el otro habría dado apoyo mediante el manejo de los dispositivos que llevaban para orientarse y con el repostaje de gasolina.
Añade que ambos dieron, además, «instrucciones a los migrantes sobre cómo situarse en la patera» y les exigieron «que pusieran los teléfonos en modo avión y no hiciesen fotografías ni vídeos» durante la travesía, al tiempo que les advertían de que, en caso de que fuesen interceptados, «tenían que decir que todos había colaborado en la navegación».
La embarcación fue localizada por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil en la madrugada del 1 de febrero a una milla al este del Castillo de Macenas, en la costa de Mojácar.
La Fiscalía remarca que, en ese momento, los dos acusados «aumentaron el riesgo para la vida» de los ocupantes de la patera ya que, al ver la patrullera 'Río Jiloca', «hicieron caso omiso de las señales luminosas para que se detuviesen», y decidieron emprender la huida.
Al realizar «peligrosas maniobras evasivas», provocaron supuestamente que volcara la lancha, «cayendo todos los migrantes al mar».
Resalta que, si bien los agentes reaccionaron «de inmediato», lanzaron varios chalecos salvavidas y «una red» para que pudieran «sujetarse», no «pudieron impedir» que dos de los jóvenes «se hundieran en el mar ya que no sabían nadar».
Traslada que se lanzaron al agua para rescatarlos, si bien cuando consiguieron subirlos a bordo de la patrullera «ya habían muerto» y resultaron «inútiles» las maniobras para su reanimación.
El fallecimiento de ambos migrantes, de nacionalidad marroquí, se produjo por asfixia por sumersión en agua de mar. La embarcación quedó semihundida y a la deriva en el lugar del rescate.
Al margen de las penas privativas de libertad --siete años por el delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y cuatro años por los dos homicidios imprudentes--, el Ministerio Público interesa que indemnicen, de forma conjunta y solidaria, con 120.000 euros a los herederos legales de las víctimas.