El Museo de Huesca ha renovado su exposición permanente con la incorporación en su patio octogonal dos escudos muy relacionados con la historia de la capital altoaragonesa.
El primero de ellos, que formó parte del edificio que albergó el granero municipal, situado junto al Palacio Real, ingresó en el Museo de Huesca cuando el edificio pasó a convertirse en el cuartel de San Juan.
Gracias a los dibujos y acuarelas que Valentín Carderera realizó de la ciudad de Huesca, se conoce su ubicación original. Tal y como se observa en 'Vista del arco de la Universidad y del granero municipal, Huesca' --Museo Lázaro Galdiano--, Carderera dibuja una vista de ambos edificios. En el arco de ingreso al almudí o granero municipal se aprecia el escudo que actualmente se conserva en el Museo de Huesca.
Este escudo fue símbolo de la ciudad desde la Edad Media hasta el siglo XVI y en él se representa una muralla con cuatro torres regulares y puertas bajo arcos de medio punto. En la parte superior, una figura geométrica con dos puntas agudas, representación esquemática del Salto del Roldán. En la parte inferior, figura el año 1571, año en que comenzó la construcción del granero de la ciudad.
Segundo escudo
Del segundo escudo ya se tiene constancia en el 'Catálogo de los objetos que contiene el Museo Provincial de Huesca', realizado por la Comisión de Monumentos histórico artísticos en el año 1905, y sólo se indica que pudiera proceder de algún edificio público, sin especificar ninguna otra información.
Presenta un cambio de armas, considerándose de este modo el escudo actual de la ciudad de Huesca. En él, se representa a un jinete lancero cabalgando hacia la derecha. El caballo se apoya sobre sus patas traseras, tal y como se plasma en las monedas romanas de bronce de las que se toma este modelo.
El lema 'Urbs Victrix/Osca' --'Huesca, ciudad vencedora'--, figura sobre el jinete. En 1594-1595 se añadió la muesca en la parte superior izquierda, procedente de época medieval. Timbrado con corona real abierta, este elemento apareció en el siglo XVII, siendo ésta su datación más probable.
Siguiendo la línea de renovación y actualización de las colecciones del Museo de Huesca, se ha querido acercar al público dos piezas de gran relevancia para la historia de la ciudad, muestra de su identidad, y que hasta el momento se custodiaban en las salas de reserva del museo y se mostraban de forma puntual.
Ahora, estas piezas, de gran complejidad expositiva por su peso, pueden contemplarse tras la adecuación y montaje de unas estructuras adecuadas a tal fin y con los que se aumenta la colección de escudos que se exponen de manera permanente en el patio del Museo de Huesca y que guardan una estrecha relación con la ciudad y con su historia.