El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha pedido a la UE que «no dé la espalda» a las naciones sin estado, «aduciendo que es una cuestión que compete a cada Estado miembro», y habilite «definitivamente cauces de diálogo y solución» para que puedan materializar sus «legítimas aspiraciones». «La Unión Europea debe ser propositiva, no reactiva», ha afirmado.
Urkullu ha recordado su reivindicación de incorporar a la normativa de la UE una 'Directiva de Claridad' para la realización de consultas a la ciudadanía «de manera legal, pactada y con garantías», y ha planteado también que se reconozca a las «realidades nacionales» un «estatus único y singular» que garantice su plena participación en el diseño de las políticas europeas y en la toma de decisiones.
El Lehendakari ha realizado esta reflexión durante su intervención en el 'Caucus por la Autodeterminación', celebrado en el Parlamento Europeo, en el que también han participado el president de Catalunya, Pere Aragonès, y el presidente de la Colectividad Corsa, Gilles Someoni.
En su discurso, el Lehendakari ha considerado que hay tres factores en los que poner en foco en la UE. Uno de ellos es que la Unión debe «afirmar su liderazgo político e institucional», por una parte, 'ad intra (para dentro)', respecto de los propios Estados miembro, «para revertir la tendencia a la recentralización» a la que, según ha denunciado, se asiste, «y la proliferación de soluciones que priman un enfoque único que no toman suficientemente en consideración la diversidad territorial».
De esta forma, cree que se ensancharía «la capacidad de acción de la UE en ámbitos que se han revelado críticos como la salud o las políticas sociales». Por otra, también insta a reafirmar su liderazgo 'ad extra (hacia fuera)', para «asumir un rol proactivo ante la degradación de un contexto internacional que registra el mayor volumen de conflictos bélicos activos desde la II Guerra Mundial».
Otro de los factores a afrontar, tal como ha precisado, es que la Unión Europea «dé cabida, protagonismo y cauce de expresión a la pluralidad de realidades nacionales que la conforman». «Planteo esta cuestión desde la realidad de Euskadi, una nación sin estado, que ha participado desde el origen en el proceso de integración europea, por vocación y con convicción plena», ha enfatizado.
Tras subrayar que es «la realidad más cercana a la ciudadanía», propone «un proceso de integración desde la base, que reconozca a las naciones sin estado y regiones con competencias políticas y legislativas un estatus único y singular que garantice su plena participación en el diseño de las políticas y la toma de decisión».
Así, plantea profundizar en «una Europa de competencias y soberanías compartidas». Igualmente llama a «profundizar en los valores democráticos en los que se asienta la integración europea y habilitar cauces legales que permitan a las Comunidades políticas que lo deseen consultar a su ciudadanía sobre cuestiones estructurales que, como sociedad, le afecten», con todas las garantías.
Consulta legal, pactada y con garantías
Iñigo Urkullu ha recordado que en 2018, a través del documento 'Visión sobre el futuro de Europa', defendió la necesidad de incorporar a la normativa de la UE una Directiva de Claridad. El texto está destinado a «orientar sobre los cauces a seguir para que las comunidades políticas que, de manera clara y expresa, hubieran explicitado a través de sus instituciones de autogobierno su voluntad de decidir sobre su estatus político, soberanía, cosoberanía o interdependencia respecto al Estado correspondiente, pudieran consultar a su ciudadanía de manera legal, pactada y con garantías».
Urkullu también ha explicado que en 2022, en el marco de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, insistió «en la necesidad de establecer mecanismos que garanticen el respeto de los acuerdos alcanzados entre los parlamentos de los Estados Miembro y de sus Comunidades políticas para el ejercicio de su voluntad de decidir sobre su estatus o pertenencia a la Unión Europea, si el Estado miembro decidiera dejar de serlo».
Propuesta del 'caucus por la determinación'
El Lehendakari, en su alocución, ha recordado que hoy se aborda la Propuesta de Reglamento auspiciada por el 'Caucus por la autodeterminación', que plantea un conjunto de normas y requisitos que debiera observar cualquier ejercicio de autodeterminación «para que goce de plenas garantías democráticas, sea conforme a los valores y principios europeos y garantice la no discriminación de la ciudadanía europea».
Se trata, según ha resaltado, de «una aportación positiva y concreta, un buen punto de partida para un debate sosegado». «La UE reivindica para sí, muy justamente, ser un espacio de libertad y democracia, donde prima el Estado de derecho, y se valora y protege la diversidad», ha manifestado.
Para Iñigo Urkullu, «construir Europa implica defender estos mismos principios y valores en cada Estado miembro y en las relaciones de este con sus comunidades políticas», así como que «las legítimas demandas y aspiraciones de los pueblos y naciones que integran la Unión se diriman por las vías de diálogo, entendimiento y distensión».
Atendiendo a sus valores fundacionales, ha señalado que la UE «tiene definitivamente que habilitar cauces de diálogo y solución». «No puede dar la espalda a la realidad aduciendo que es una cuestión que compete a cada Estado Miembro. La actitud de la Unión Europea debe ser propositiva, no reactiva», ha indicado.
Para Urkullu, «no hacer nada no es una opción», y ha apostado por el trabajo conjunto para ofrecer «respuestas políticas a problemas de carácter político». «Esta es la demanda que compartimos ahora y aquí los estados sin nación que formamos Europa, las comunidades nacionales», ha aseverado.
Preocupaciones
Por otra parte, el Lehendakari ha considerado que en la UE hay motivos para estar preocupados ante el auge del populismo y la extrema derecha, la proliferación de 'fake news', la desinformación o el alejamiento de la sociedad de la política, que «llenan el horizonte de oscuras nubes».
Iñigo Urkullu ha señalado que los ciclos electorales que se desarrollarán a lo largo de este año en algunos Estados miembro y las elecciones al Parlamento Europeo del 6 al 9 de junio permitirán «tomar la temperatura y dilucidar el apego real de la ciudadanía al proyecto europeo».
En todo caso, cree que «no es necesario ni conveniente esperar a junio para atajar algunos de los males que aquejan a la Unión Europea y reforzar dinámicas virtuosas». Por ello, invita a seguir trabajando «para fortalecer su credibilidad, reconectar con la ciudadanía, y dotar de un nuevo ímpetu al proceso de mayor integración, recuperando los valores fundacionales y movilizando todas las capacidades en torno a un proyecto compartido».
Urkullu ha apostado también por que la Unión Europea profundice «en el ideal de proyecto orientado a mejorar el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía».
A su juicio, «las personas han de estar en el centro del proyecto europeo». En este sentido, considera que «el paquete de iniciativas necesarias para hacer frente a la triple transición verde, digital y social, ha de ir acompañado del despliegue del pilar de los derechos sociales y la atención a las personas más vulnerables», y que Europa «debe profundizar en el modelo de 'Desarrollo Humano Sostenible'».
Con este objetivo, emplaza a «avanzar en la competitividad al servicio del bienestar social desde el respeto al medio ambiente».