Agricultores y ganaderos valencianos han quemado este viernes una montaña de cepas y sarmientos en una 'hoguera del vino' en la localidad de Caudete de las Fuentes, de la comarca valenciana de Utiel-Requena, que ha marcado el inicio de un calendario de protestas contra la nueva Política Agraria Común (PAC) y las normas europeas que, a su juicio, forman parte de un «plan preconcebido de Bruselas» para «matar» al sector y sustituirlo por importaciones procedentes de terceros países.
«Nuestros enemigos están en Bruselas», ha aseverado el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado. Esta organización ha convocado la protesta que ha reunido a cientos de agricultores y a la que se han sumado otras asociaciones del sector como La Unió Llauradora, la Coordinadora Campesina del País Valenciano (CCPV-COAG), Cooperatives Agro-alimentàries, la Asociación de Viticultores Cava de Requena y la Denominación de Origen Utiel-Requena, según ha informado AVA-Asaja en un comunicado.
Junto a la pila de cepas, los agricultores han mostrado carteles con mensajes como 'Las políticas agrarias pisotean al sector', 'Una PAC que no sirve' o 'Sin vida no hay viña'.
Aguado ha afirmado que «la estrategia marcada por la Comisión (Europea) es la muerte de los agricultores y, por tanto, la muerte del campo europeo». «O cambiamos las políticas agrarias, o habrá más campos abandonados, más incendios, más despoblamiento y alimentos más caros. Somos los primeros ecologistas que cuidamos el bosque verde que no se quema y que llenamos las neveras. Y eso merece un reconocimiento real en forma de precios justos y estabilidad», ha reclamado.
En este contexto, ha subrayado «otros países europeos están levantando la voz e incluso en los Países Bajos han creado un partido político para defender a los productores».
El responsable de Utiel-Requena de AVA-Asaja, Luis Julián Pérez, ha advertido de que «la comarca está arruinada». «La situación es mala, peor de lo que pensamos. Hay muchas familias que no pueden ni pagar la seguridad social y no van a salir adelante. Debido al cambio climático producimos la mitad que hace unos años. Debido a la guerra, nuestros costes se han duplicado o triplicado y los precios son ruinosos. Necesitamos medidas de apoyo ya», ha agregado.
En concreto, AVA-Asaja ha reclamado aprobar ayudas directas a los productores de uva y olivar, ampliar las establecidas para almendra, cereales y ganadería, adoptar medidas de apoyo como la vendimia en verde (la Conselleria de Agricultura la pidió ayer al Ministerio), la destilación de crisis o y ayudas al abandono definitivo de viñedos, flexibilizando el desvío de los fondos sobrantes del PASVE a estas medidas de apoyo.
También ha solicitado incrementar en todas las pólizas de seguro que tengan cubierto el riesgo de sequía hasta el 70% del coste (el máximo permitido por la legislación) a cargo de la subvención de las administraciones, derecho de riego de apoyo a todos los cultivos leñosos de secano, agilizar los pagos de las ayudas de la PAC del año 2023, resolver los errores administrativos que están provocando la denegación del 15% de subvención adicional por cultivo ecológico en resoluciones de planes de mejora y prorrogar la bonificación del gasóleo B.
Asimismo, la organización agraria ha instado a las autoridades comunitarias a impulsar una PAC «más mediterránea» que contemple el apoyo a los sectores de secano y al modelo ganadero sostenible, con reciprocidad en las producciones que se importan de países terceros «de forma que existan las mismas condiciones de producción dentro y fuera» de la UE.
Asimismo, ha pedido «flexibilizar los plazos y las exigencias establecidas por las iniciativas legislativas incluidas dentro del Pacto Verde Europeo para que los agricultores y ganaderos europeos puedan adaptarse, sin menoscabar la rentabilidad de las explotaciones, retrasando la entrada en vigor y flexibilizando las condiciones del cuaderno digital de explotación».
Ataques franceses
Por otro lado, AVA-Asaja ha pedido a las autoridades españolas y francesas que protejan las producciones agroalimentarias españolas que atraviesan las carreteras francesas.
«Los agricultores y ganaderos españoles cumplimos las mismas normativas europeas que los franceses y, por tanto, no somos una competencia desleal como sí lo son las importaciones que llegan de países terceros. El sector agrario europeo ha de mantenerse unido contra nuestros enemigos comunes: los políticos comunitarios que no pisan tierra, que se mueven por un ecologismo filosófico y radical, y que parece que quieran expulsarnos para dejar espacio a los alimentos de fuera», ha añadido.