La Coordinadora Valenciana de ONGD ?-integrada por 102 organizaciones-? reclama a las administraciones públicas valencianas una "mayor implicación frente a la devastadora situación en la Franja de Gaza".
«En un momento en que se cumplen tres meses desde el inicio de la escalada de violencia que se vive en Gaza y el territorio palestino ocupado, resulta crucial e imprescindible fortalecer la cooperación valenciana en su respuesta ante la emergencia humanitaria», sostiene la entidad.
Como señala la presidenta de la Coordinadora Valenciana de ONGD, Cristina Ramón, en un comunicado, «la población civil no puede ser víctima de un castigo colectivo».
El colectivo recuerda que, de acuerdo a los últimos datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más de 23.000 personas palestinas han sido asesinadas y más de 58.000 han resultado heridas en los ataques israelíes sobre el territorio palestino, especialmente concentrados en la Franja de Gaza. En la zona ?-sin electricidad desde el corte de suministros por parte de Israel el pasado 11 de octubre-? se han destruido más de 65.000 hogares y más de 1,9 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus casas.
«El alto el fuego permanente sigue siendo nuestra única opción para evitar más pérdidas de vidas civiles y una catástrofe humanitaria aún mayor. Si fracasamos, una mancha indeleble quedará para siempre en nuestra conciencia colectiva», apunta Ramón.
Desde la Coordinadora señalan que, a la situación en Palestina, se une la confluencia de diferentes escenarios que marcarán el contexto global este 2024. A punto de cumplirse dos años de la invasión rusa de Ucrania, 5,9 millones de personas se han visto obligadas a buscar refugio en otros países europeos, mientras aproximadamente 17,6 millones de personas ?un 49% de la actual población ucraniana? necesitan asistencia humanitaria y protección, como señalan desde Naciones Unidas.
Paralelamente, «la persecución de las personas y entidades defensoras de los derechos humanos en todo el planeta, especialmente en América Latina, las violencias en las fronteras europeas, las hambrunas que afectan a países como Nigeria, Níger, Burkina Faso, Chad y Malí, o las desigualdades de género complementan un contexto global lleno de retos para este próximo año». «Todo ello --alertan-- con uno de los grandes problemas de nuestro tiempo de fondo: la emergencia climática, que requiere de soluciones inmediatas para proteger la vida y el futuro de todas las personas y el planeta».
Frente a «la emergencia humanitaria en Gaza y un contexto global marcado por múltiples crisis ecosociales», la Coordinadora Valenciana de ONGD muestra su «preocupación por la disminución de los fondos destinados a cooperación y ayuda humanitaria, los problemas de gestión y los retrocesos en la resolución de las convocatorias de subvenciones por parte de las administraciones locales valencianas».
"cumplir con los compromisos"
En este sentido, resalta la importancia de «cumplir con los compromisos adquiridos durante el período electoral, cuando se firmaron los Acuerdos por una Política Pública de Cooperación Internacional al Desarrollo». A través de estos, los partidos firmantes en València, Alicante y Elche se comprometieron a dedicar en la actual legislatura el 0,4% de los presupuestos municipales a cooperación al desarrollo, y en Castellón el 0,5%.
«Estamos en una situación crítica a nivel global, en la que persiste una pobreza extrema que afecta a casi 700 millones de personas, con un cambio climático que está multiplicando los conflictos por recursos cada vez más escasos, y con fenómenos naturales que crecen en virulencia y que sufren más los países más empobrecidos, los que no están contaminando. Tenemos la responsabilidad moral de impulsar la cooperación y cambios políticos en un sistema que genera cada vez más desigualdades. Sólo pedimos a las administraciones públicas de la Comunitat Valenciana que cumplan sus promesas y estén a la altura del reto», remarca la presidenta de la Coordinadora Valenciana de ONGD, Cristina Ramón.