La Societat Valenciana d'Ornitologia (SVO) ha denunciado este viernes la muerte por electrocución de un águila imperial, una especie amenazada, en un tendido eléctrico de Requena (Valencia) y ha reclamado la corrección de todos los apoyos eléctricos de la Comunitat Valenciana para «cortar la continua sangría de muertes de aves, la mayoría de ellas protegidas por las leyes».
Según ha informado la entidad en un comunicado, el pasado 2 de enero los agentes medioambientales de Requena-Utiel recibieron una llamada de un vecino de la pedanía requenense de Hortunas que les alertaba de que un águila yacía muerta a escasos metros del pueblo, bajo el apoyo de un tendido eléctrico.
Los agentes comprobaron que el ave correspondía a una especie muy poco habitual por estos montes: un águila imperial ibérica (Aquila adalberti), una especie endémica de la Península Ibérica, que representa «uno de los principales iconos nacionales en materia de conservación de la naturaleza», que actualmente no cría en la Comunitat Valenciana, según la entidad.
Según la SVO, a día de hoy, y gracias a los esfuerzos en conservación que se están llevando desde diferentes comunidades autónomas, la especie está «en franca expansión demográfica, y también geográfica, pues está retornando a provincias de donde fue exterminada hace ya mucho tiempo».
No obstante, «la alta mortalidad que presenta por electrocución en líneas de conducción eléctrica está frenando drásticamente su recuperación». Se trata de una especie que utiliza los apoyos eléctricos como punto de descanso desde donde otea con comodidad su entorno, una costumbre «que, como ocurre en otras aves rapaces, le está costando muchas bajas cada año a nivel nacional».
Pajizo
La entidad ha explicado que el ejemplar encontrado en Requena, un pajizo, por el característico color ocre que presenta esta especie durante sus primeros años de vida, confirma «la presencia cada vez mayor de ejemplares inmaduros en dispersión en tierras del interior valenciano y en las que, se cree, podría no tardar en instalarse alguna pareja reproductora» y la «insuficiente adecuación» de las infraestructuras de conducción eléctrica que se da actualmente en la Comunitat Valenciana, y en concreto en la Meseta de Requena-Utiel, donde, a pesar de haberse realizado «algunas correcciones puntuales» en los últimos años, no cesan de aparecer cadáveres de aves bajo las instalaciones no corregidas.
Asimismo, refleja que la «peligrosidad» de los tendidos «no se ciñe únicamente a espacios naturales alejados de ámbitos urbanos, sino que también se da con frecuencia junto a las mismas poblaciones». La SVO exige la corrección «de todos y cada uno de los tendidos eléctricos peligrosos que existen en la Comunitat Valenciana» y, para ello, «considera estrictamente necesaria la aplicación de la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental».
Además, la SVO apela a la sentencia 1215/2021 del Tribunal Supremo en la que se dice que la administración de Industria «debería velar por la prevención de daños ambientales y obligar a reparar las líneas cuando se detecten defectos por ausencia de medidas antielectrocución en las inspecciones trianuales obligatorias que certifican el estado en que se encuentran las instalaciones eléctricas» y a la que «no se le está haciendo ni caso».
La SVO hace mención también de la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad y subraya que «a pesar de ser muertes previsibles y evitables, no se sanciona por causar la muerte a especies protegidas, ni se suele pedir al responsable que pague por el valor patrimonial de los ejemplares destruidos».
«Sólo se quiere aplicar el R.D. 1432/2008, por el que se establecen medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión, que pretende reducir la protección únicamente a ciertas zonas, y que dice, además, que las correcciones las pagará el Estado con fondos públicos», ha indicado.