La Policía Nacional ha detenido en la ciudad de Alicante a una pareja, un hombre y una mujer de 48 y 51 años, respectivamente, por presuntamente ofertar unos cursos de peluquería sin ninguna validez con los que llegaron a cobrar por adelantado hasta 350 euros a un chico de 16 años.
La investigación arrancó al tener conocimiento de que en los bajos de una finca de la ciudad se cometían irregularidades de contratación. Una vez localizados los dos locales donde se desarrollaba esta actividad, los agentes realizaron junto con la Inspección de Trabajo de Alicante una inspección en los emplazamientos, informa el cuerpo de seguridad.
En uno de los establecimientos, donde aparentemente se prestaban servicios de peluquería, se localizaron a dos hombres en el interior, uno de ellos menor de edad, que manifestaron estar realizando prácticas de un curso de peluquería.
El responsable del supuesto negocio no tardó en aparecer en el establecimiento, reafirmando lo dicho por los dos hombres. Además, aseguró que el local era una academia de peluquería, que él impartía los cursos a los dos supuestos alumnos.
Este hombre carecía de cualquier documentación que acreditase que el local era una peluquería o academia, además de no disponer de contratos de trabajo o de formación ni de ningún documento oficial que acreditase las formaciones impartidas.
Tras las pesquisas, se concluyó que la pareja captaba a los perjudicados mediante anuncios publicitarios en redes sociales, ofertando cursos que cobraban por adelantado y sin aportar ningún tipo de factura, uno de ellos a un menor de 16 años que pagó por adelantado 350 euros.
El sospechoso se hacía pasar por formador de peluquería y prometía una titulación válida al finalizar el curso para poder ejercer la profesión. Sin embargo, realmente no se estaba dado de alta en la Seguridad Social y se estaba beneficiando de importantes sumas de dinero, todavía por determinar.
Siempre en efectivo y por adelantado
Cobraba a sus supuestos alumnos siempre en metálico y por adelantado. Los supuestos estudiantes creían estar en una academia oficial, habilitada para impartir los cursos.
Su mujer formaba parte de la estafa, ya que ella figuraba dada de alta como autónoma, como peluquera, pero en ningún caso habilitada para impartir estas formaciones. Era la administradora de la empresa que se utilizaba como medio para poder operar, revistiendo de legalidad la estafa.
La pareja, de nacionalidad argentina, fue arrestada por intrusismo profesional y estafa, tras lo que todas las actuaciones se trasladaron al juzgado de instrucción en funciones de guardia de Alicante. La investigación corrió a cargo del grupo III de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la comisaría provincial de Alicante, que tiene entre sus cometidos el velar por el derecho de los trabajadores.