ELA, LAB, CCOO y UGT se han concentrado este jueves ante la sede de la Asociación de Hostelería de Bizkaia para denunciar que las negociaciones del convenio para el sector no avanzan desde hace un año y no hay subidas desde 2020. También han dicho no entender la postura de la patronal vizcaína de no garantizar la mínima recuperación del poder adquisitivo cuando tanto en Gipuzkoa como en Álava se han alcanzado acuerdos en esa dirección.
En la concentración, desarrollada bajo el lema «Esta ronda que la paguen ellos», delegados y trabajadores del sector han repartido aceitunas a los viandantes al tiempo que les hacían llegar sus demandas y reivindicaciones, centradas sobre todo en una recuperación salarial acorde al IPC, reducciones de jornada y garantías en los cambios de jornada y las horas extraordinarias.
Los sindicatos convocantes han dejado de lado la convocatoria de nuevas huelgas, tras las celebradas en octubre ya que, tal y como han reconocido, en este sector es complicado generar incidencia a través de paros; más si cabe, cuando algunos ámbitos como colectividades u hoteles, se han facilitado acuerdos «a cuenta de convenio» que han contribuido a desactivar esa parte de las movilizaciones.
En todo caso y tal y como ha precisado en nombre de la unidad sindical Iñigo Alonso, de LAB, han comprobado que este modelo de movilización, con protestas en la calle o ante determinadas sedes o espacios con concentración hostelera, han generado ya «inquietud y cierta incidencia» en la patronal porque les consta que «hay ya asociados que están llamando a la asociación para que esto se solucione».
El convenio de hostelería de Bizkaia afecta en la actualidad a
alrededor de 25.000 trabajadores y lleva vencido desde el año 2020, sin subidas salariales pactadas desde entonces.
En este sentido, la intersindical ha recordado que una de sus demandas pasa por incluir bajo el convenio sectorial vizcaíno a «nuevos colectivos como los riders que, a día de hoy, están fuera, o a las empresas de la denominada restauración moderna o de comida rápida».
En todo caso, y tal y como han subrayado, más allá de estos aspectos a negociar, «la única reivindicación que supone un coste salarial es la subida según el IPC» pero, han proseguido, lamentablemente nos vemos obligados a seguir con las movilizaciones porque la oferta que hay por parte de la patronal, a día de hoy, es exactamente la misma que en noviembre del año pasado".
Precios sin repercusión en salarios
A su juicio, no se puede olvidar cómo, tras la pandemia, se ha repercutido a los clientes todas las subidas que ha podido haber por la inflación pero esa repercusión no la vemos en los salarios".
Más si cabe, ha añadido Alonso, «cuando estamos viendo que el sector lleva este año cifras récord, tanto en la facturación como en la ocupación, y muy superiores ya a las que había en 2019, que en su día ya fueron calificadas de récord».
En este punto, han comparado la falta de avances en Bizkaia con lo que se ha vivido en otros territorios y con otras asociaciones de hostelería, donde, por un lado, en Gipuzkoa, en el plazo de un mes, «han recuperado un convenio que llevaba desde 2012 sin firmar, asegurando el mantenimiento del poder adquisitivo y, en cuanto a la negociación de Álava, ha bastado con un solo día de movilización, para que se haya puesto una cláusula de diferenciación para recuperar el IPC al final del convenio».
Ante esto, ha proseguido Alonso, «no entendemos, no comprendemos y no compartimos por qué la Asociación de Hostelería de Bizkaia, a día de hoy, no modula los planteamientos para llegar a ese mínimo que pedimos, que es el mantenimiento del poder adquisitivo principalmente».
Por ese motivo, desde los sindicatos han optado por centrarse en «un único punto porque entendíamos la situación especialmente difícil de la patronal tras la pandemia» pero, ha añadido, está resultado «imposible».
Como ejemplo, Alonso ha calificado el contenido de la última reunión mantenida con la patronal de «muy frustrante», porque «vinieron a repetir los mismos postulados que hace un año, con un planteamiento cerrado» y donde, además, «amenazaron con no incorporar atrasos», por lo que, «cada mes que pase, es un mes que la oferta de la patronal empeora».