La Diputación de Zaragoza muestra en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea de los Caballeros la obra gráfica de Luis Feito, figura clave del arte contemporáneo español. La exposición, que se ha inaugurado este lunes por la vicepresidenta de la DPZ y alcaldesa de Ejea, Teresa Ladrero, ofrece casi un centenar de obras creadas por el pintor más internacional de su generación, germen junto a Antonio Saura del mítico grupo El Paso.
La muestra, «Luis Feito. Obra gráfica», que se podrá disfrutar en Ejea hasta abril de 2024, ofrece al visitante una selección de obras de la última etapa de la larga trayectoria del pintor madrileño, creadas a partir de la gran exposición que el Museo Reina Sofía organiza sobre su obra en 2002.
Distribuidas en las cuatro plantas del Centro de Arte y Exposiciones de Ejea, la exposición brinda al visitante la oportunidad de disfrutar de la pintura abstracta de Feito a través de casi 100 obras de 65 series entre litografías, estampas y aguafuertes. Entre ellas, el grabado que Luis Feito creó para la serie especial «Disparates de Fuendetodos» impulsada por la Fundación Fuendetodos Goya como homenaje a la colección de «Disparates» que Goya dejó inconclusa.
La mayoría de estas obras están tituladas con números, una de las señas de identidad de la obra de Feito, ya que desde los inicios de su carrera ha optado casi siempre por titular sus acrílicos sobre lienzo con números. La ausencia de título en sus cuadros pone de manifiesto la renuencia del pintor a dar cualquier pista interpretativa sobre los posibles significados de sus obras.
Un artista cosmopolita y siempre abstracto
Feito (Madrid, 1929) es considerado como el pintor español más internacional de su generación y el más cosmopolita del arte contemporáneo. La falta de medios económicos en una España devastada por la Guerra Civil le obligó a abandonar pronto los estudios.
En 1950 es admitido en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde inicia una formación artística encorsetada en la tradición figurativa, de la que enseguida se desliga para volcarse, a contracorriente en la España de su tiempo, en la pintura abstracta, forma de expresión que no abandonaría nunca.
Ya con el título de profesor de Dibujo, en 1954 expone, por primera vez, de forma individual en varias galerías de Madrid. Ese mismo año, gracias a una beca, logra establecerse en París, la meca del arte europeo. El influjo de grandes artistas asentados a orillas del Sena y su afán por experimentar estimulan la evolución de su pintura, antes basada en grafismos lineales, hacia una abstracción centrada en la mancha de color, con gruesos empastes de textura táctil.
Su residencia parisina no interrumpe su contacto con los pintores españoles coetáneos y en 1957 interviene en la fundación de El Paso, un colectivo de jóvenes creadores y críticos de arte del que también forman parte los aragoneses Antonio Saura, Pablo Serrano y Manuel Viola. Se da a conocer en el ámbito internacional en las Bienales de Arte Mediterráneo de 1955 y 1956, aunque es su participación en el pabellón español de la Bienal de Venecia de 1958, donde obtiene un unánime reconocimiento, lo que le abre las puertas de América.
Como miembro destacado de la joven pintura española, en 1960 expone su obra en acreditados museos de Nueva York, así como en otras ciudades estadounidenses. En su paleta de colores priman los rojos, negros y blancos. Tras superar problemas de salud gracias al yoga y a la meditación zen, se ve influenciado por la espiritualidad oriental y el carácter gestual de la caligrafía china.
En 1981 abandona París para instalarse en la ciudad canadiense de Montreal, en la que había expuesto en la década de los sesenta y que luce una monumental escultura de acero suya. Dos años después se traslada a Nueva York, desde donde viaja con frecuencia por el Oeste americano fascinado por sus majestuosos escenarios naturales y la cultura nativa. Nunca descuida, sin embargo, su relación con España, adonde regresa definitivamente en los años noventa del pasado siglo.
Aquí continúa su producción artística, a la par que recibe numerosas distinciones como el Premio Nacional de Arte Gráfico por la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 2018. Fallece ya nonagenario, en 2021, por complicaciones derivadas de la COVID-19.
La obra gráfica de feito
El interés de Luis Feito por dar a conocer su mundo interior a través de la obra gráfica es algo tardío. No es hasta alcanzar la madurez cuando se sumerge en un universo expresivo que acaba por apasionarle. Durante su estancia en París se editan numerosas serigrafías basadas en sus pinturas, en las que no se involucra de una forma personal.
En la década de los 70 se adentra en el taller de grabado, iniciándose en el trabajo con planchas metálicas y buriles. Sin embargo, ya en los años noventa, de nuevo asentado en España tras su periplo americano, se incrementa sobremanera su dedicación a la estampa calcográfica. Ahonda entonces en las posibilidades que le ofrece la técnica y se recrea en los novedosos efectos y hallazgos visuales que proporcionan el uso del aguafuerte, la aguatinta y la punta seca.
Con la colaboración de varios maestros grabadores da vida a monotipos, impresiones únicas sobre planchas de considerable tamaño. También a series cuyos títulos poseen nombres de meses o evocaban paisajes transitados por el artista, en particular en la sierra de Guadarrama, que puede verse en la exposición.
Su obra gráfica guarda evidentes similitudes formales con sus pinturas y dibujos. En ella resaltan los amplios trazos rojos y negros sobre fondo blanco, con una ejecución resolutiva y ágil derivada de la instantaneidad y el automatismo.
Fechas y horarios
La exposición «Luis Feito. Obra gráfica» se puede visitar de forma gratuita en el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea los viernes, sábados y domingos, de 11.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.30 horas.