Los bomberos de la Diputación de Zaragoza han alertado del riesgo de no realizar un buen mantenimiento de chimeneas, estufas y demás equipos con los que combatir el frío, así como de la importancia de hacer un uso correcto de los mismos, puesto que se eleva el riesgo de que se origine un incendio.
Con la bajada de temperaturas típica de esta época del año se intensifica la utilización de estos aparatos y con ello el número de incendios en viviendas provocados por estas causas, por lo que es fundamental revisarlos antes de ponerlos en marcha y utilizarlos correctamente, ha indicado desde la institución provincial.
«Cada invierno comprobamos que los descuidos y la falta de mantenimiento de las chimeneas están detrás de la mayoría de los incendios», ha advertido el jefe de intervención del Servicio Provincial de Extinción de Incendios de la DPZ, Manuel Martínez, quien también ha señalado que aunque este año el número de siniestros por estas causas es bajo «no se debe bajar la guardia» ya que los incendios más graves de vivienda «suelen producirse en esta época del año».
«Para evitar o reducir al máximo las posibilidades de que un hecho de este tipo ocurra, es clave realizar un buen mantenimiento de todos los equipos antes de ponerlos en funcionamiento. Limpiar las chimeneas, revisar las calderas y las estufas es totalmente necesario si no queremos tener un susto, situaciones que ocurren más de lo que creemos y que pueden desembocar en una desgracia», ha recomendado Martínez.
Asimismo, el jefe de intervención del Servicio Provincial de Extinción de Incendios de la DPZ ha expuesto que también es posible instalar detectores de humo, «especialmente útiles para los incendios que comienzan por la noche mientras estamos durmiendo».
Revisión
Antes de comenzar a usar las chimeneas, estufas y diferentes aparatos de combustión es necesario hacer una revisión. En el caso de las chimeneas, por ejemplo, el hollín acumulado desde el último uso puede quemarse al ser un combustible, lo que provocaría un incendio.
En el caso del resto de aparatos ocurre lo mismo, por lo que es imprescindible comprobar el estado de las estufas de butano y sus quemadores, por ejemplo, ya que una incompleta combustión genera monóxido de carbono, cuyo riesgo es letal, ya que provoca una intoxicación.
También es fundamental no sobrecargar los circuitos eléctricos, ya que en muchas ocasiones tener enchufados demasiados aparatos en un mismo enchufe provoca un cortocircuito que puede desembocar en un incendio en una vivienda
Ante un incendio, los bomberos de la DPZ aconsejan llamar al teléfono de emergencias 112, porque a veces se da por supuesto que alguien ha avisado cuando en realidad nadie ha llamado; antes de abandonar la vivienda, si es posible, cerrar todas las puertas y ventanas, tanto de la habitación donde haya comenzado el siniestro para evitar que el fuego y el humo se extiendan por toda la vivienda, como del resto de la casa.
Es lo que comúnmente los efectivos se refieren «cierra la puerta al fuego», que permite reducir la intensidad de las llamas al acabar con la entrada de oxígeno en la habitación.
Cuando el incendio se produce en un bloque de viviendas y al salir de una de ellas los inquilinos ven que hay humo en la caja de escaleras, lo más seguro es quedarse dentro del piso con las puertas cerradas y colocar paños húmedos en las ranuras de la puerta. En este caso, conviene permanecer en la habitación más alejada del fuego y avisar desde allí a los servicios de emergencias para informarles de que estamos atrapados.
Hay que acordarse de coger las llaves al abandonar la vivienda para entregárselas a los servicios de emergencias, ya que en muchas ocasiones se cierra la puerta sin tener las llaves y se retrasa la entrada de los efectivos; por último, esperar fuera de la vivienda a los servicios de emergencia.