La cooperativa Koopera ha puesto en marcha en Mungia su segunda planta de tratamiento textil en Bizkaia, inaugurada este miércoles por la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, que ha destacado la apuesta por «la modernidad, la transformación, la inclusión, la igualdad y la sostenibilidad» que supone esta instalación y ha puesto en valor que Koopera se haya anticipado al introducir la perspectiva de empleo e inclusión en su proyecto de economía circular.
Según ha explicado el Departamento de Trabajo y Empleo, las nuevas instalaciones permitirán mejorar e innovar ciertos procesos de la gestión del textil post-consumo y otros residuos como juguetes y bazar, la preparación hacia sus destinos, además de ampliar las oportunidades de empleo social.
Además, se persigue concienciar acerca de un diseño y una moda más sostenible, de forma que todo el proceso textil, desde ese diseño, fabricación y hasta el reciclaje tienen presente no sólo criterios ecológicos, sino de inclusión. El Departamento de Trabajo y Empleo va a destinar, en tres años, dos millones de euros a esta planta.
En su intervención, la Vicelehendakari ha retrocedido hasta la primera visita a la planta original hace tres años tras la que el Departamento de Trabajo y Empleo decidió apostar por aquel proyecto que «miraba al futuro y que estaba ligado sobre todo a las personas, a la segunda y tercera oportunidad que merecen todas».
«Hoy hacemos algo más que inaugurar una nueva planta de producción y reciclaje, hoy confirmamos una apuesta de modernidad, transformación, inclusión, igualdad y sostenibilidad. Todo unido aquí en estas instalaciones, inversión en tecnología para invertir en personas», ha asegurado.
Mendia ha señalado que Koopera, al igual que hace la Ley Vasca de Empleo que aprobará en las próximas semanas el Parlamento vasco, «reconoce el derecho a la formación y la activación laboral».
«Pero esa Ley va a introducir la perspectiva del empleo en la totalidad de las acciones de las administraciones públicas, y toda planificación deberá medir su impacto en el empleo, en cómo incorporamos a personas que estaban alejadas, en cómo mejoramos la formación de quienes ya están en él, en cómo acompañamos con más intensidad a quienes tienen más dificultades, además de todas las oportunidades que se nos van a abrir con las grandes transiciones», ha reiterado.
A su juicio, en todo ese proceso Koopera «va por delante» porque se ha adelantado a la transición ecológica, y lo está haciendo «desde la inclusión sociolaboral».
«Tenéis razones para presumir de estar en la vanguardia de la transición ecológica, del comercio responsable, de la tecnología al servicio de las personas y de la industria al servicio del diseño sostenible», aspectos que acompasan progreso y cohesión", ha agregado.
Nueva planta
Por su parte, Koopera ha destacado que, con la puesta en marcha de su segunda planta de tratamiento textil en Bizkaia, aumenta su capacidad de gestión y de creación de empleo social.
Según ha subrayado, las nuevas instalaciones han supuesto un «importante esfuerzo inversor» para la cooperativa, de más de 820.000 euros, que ha podido ser llevado a cabo gracias a su experiencia de más de 30 años en su actividad de servicios medioambientales, así como por el apoyo que, desde sus comienzos, le presta el Gobierno Vasco y otras instituciones, que ven en éste «un proyecto de futuro, por su alcance social, y en pro de la economía circular en Euskadi».
Koopera, sólo en Bizkaia ya cuenta con 365 personas trabajadoras tras los más de 45 puestos de trabajo creados gracias a la nueva planta que acaba de ser inaugurada. Para el 2024, gracias a la implantación de un segundo turno en esta planta, la cooperativa preve incrementar la plantilla en 11 personas más.
Más de la mitad de estos puestos estan sujetos a un contrato de inserción, destinado a personas en situación o riesgo de exclusión social.
Desde el punto de vista productivo, esta nueva infraestructura va a permitir a Koopera ampliar su capacidad de clasificación del textil posconsumo recogido a través de sus contenedores, en más de 2.500 toneladas al año, gracias a una nueva línea de clasificación semiautomatizada.