El portavoz del Parlamento Europeo (PE), Jaume Duch, es partidario de una reforma electoral europea con una doble lista: una transnacional con 28 candidatos y otra para elegir a los eurodiputados de cada país con el procedimiento habitual: «Estaría bien introducirlo y ver cómo funciona, pero no hay voluntad política por parte de los Estados».
En el acto 'Retos de la UE antes de las elecciones europeas' del ciclo 'Europa after work' junto a la periodista Estefanía Molina, Duch ha explicado que esta reforma requeriría que todos los países modificaran sus leyes electorales, y no espera ya para los comicios de 2024, pero «con mucha suerte y convicción política puede funcionar para las siguientes».
Cree que, en el caso de España, un nuevo sistema electoral europeo podría dificultar la presencia de partidos nacionalistas que no tienen votos en todo el Estado, y ha añadido que ahora no interesa al Gobierno de Pedro Sánchez «porque complicaría la vida de los aliados del Gobierno».
Participación
Duch espera que la participación crezca en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2024, y ha recordado que en 2019 la participación subió 8 puntos en toda la UE, votaron 200 millones de personas, lo que atribuye al voto de la gente joven: «Subió por el Brexit y por el activismo climático».
El Eurobarómetro de 2018 situaba la participación en un 55% y finalmente votaron un 51% de europeos, por lo que augura que, si el actual dato de esta encuesta se sitúa en un 66%, la participación en 2024 subirá «unos cuantos puntos».
"mayorías diferentes"
Ha asegurado que para las próximas elecciones «por primera vez está en discusión que haya mayorías diferentes a la mayoría tradicional europea», ya que se plantea que haya pactos en el Parlamento Europeo del centro-derecha con la derecha y del centro-izquierda con la izquierda, ha dicho.
Duch desea que el pacto migratorio salga adelante esta legislatura, porque es un tema que «polariza» las campañas electorales, y ha avisado de que, con esto, salen ganando los extremos políticos.
Augura que también deberá cambiar en la UE el principio de unanimidad para tomar decisiones en política exterior, porque «va contra la credibilidad» de la UE y contra la eficacia de las decisiones.