El Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza (COMZ), la Asociación de Ginecología y Obstetricia Aragonesa (AGOA), y la Sociedad Aragonesa de Anticoncepción (SAA) han manifestado su más firme rechazo ante el término «violencia obstétrica», y de forma concreta, a su empleo en una serie de pancartas anónimas que han aparecido estos días adheridas en la pared del Hospital Materno-Infantil-Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
La especialidad de Ginecología y Obstetricia, como el conjunto de la profesión médica, «trabaja por y para sus pacientes» atendiendo al «rigor científico» y de acuerdo al «cumplimiento» de las normas «éticas y deontológicas» de la profesión, para procurar a quienes lo necesitan los «mejores resultados» en salud, con una «vocación incansable por la mejora y la humanización de la práctica clínica».
En concreto, emplear el término «violencia obstétrica» para describir las prácticas profesionales de asistencia al embarazo, parto y postparto por parte de los facultativos especialistas encomendados a ellas, es un «agravio inadmisible», que sólo puede obedecer a un «profundo desconocimiento» de la complejidad de dichos procesos, y del «alto nivel de cualificación» que requiere el ejercicio de la especialidad para la toma de decisiones, fundamentadas "esencialmente en procurar la mejor atención a la mujer parturienta y a su bebé, atendiendo siempre a estándares de calidad y seguridad.
El uso de este tipo de términos, «ofensivos y diametralmente alejados de la realidad asistencial», sólo contribuye a «menoscabar de forma infundada la credibilidad» de los especialistas en ginecología y obstetricia, generando una «innecesaria alarma social» que socava los pilares de la imprescindible confianza como fundamento de la relación médico-paciente, esencial en todo acto médico, han añadido.
Desde estos colectivos han rechazado firmemente esta «manipulación criminalizadora» de la imagen de los especialistas en ginecología y obstetricia, facultativos especialistas que en la práctica clínica ejercen, en todo momento, desde el «compromiso de velar» por el bienestar de las mujeres, su salud y la de sus hijos, y por la «mejora continuada» de un ejercicio profesional basado en la evidencia, con observancia de los principios éticos, proporcionando a los cuidados una humanización integral con la ayuda de equipos interdisciplinares, y «garantizando la inexistencia de actos violentos en la atención a las pacientes», han incidido en una nota de prensa.
Por todo ello, han condenado este tipo de campañas «gravemente distorsionadoras» de la realidad asistencial, y el empleo, en todo caso, de cualquier forma de «terminología denigrante» del ejercicio de la especialidad de Ginecología y Obstetricia, que lejos de proporcionar oportunidades de mejora, «sólo contribuyen a generar una confusión y una alarma social infundadas», han abundado.
En el espíritu de mejora continuada que impregna todo el ejercicio de la medicina, tanto el COMZ, como la AGOA y la SAA, han aseverado que están siempre a disposición de la sociedad para colaborar en todas aquellas campañas e iniciativas formativas e informativas enfocadas a «mejorar» la asistencia sanitaria a las mujeres, desde su conocimiento científico, compromiso ético y deontológico, y experiencia profesional.