El turista que el pasado jueves voló sin permiso un dron en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba y lo estrelló accidentalmente contra la torre campanario del citado monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, podría ser sancionado con una multa de hasta 45.000 euros.
Así lo han confirmado a Europa Press fuentes de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y que es a la que se ha dirigido la Policía Nacional proponiendo que se imponga una sanción administrativa al citado turista, que fue identificado por los agentes al poco de que éste estrellara por error su dron contra la torre campanario de la Mezquita-Catedral, aunque sin causar daños personales, ni materiales.
Por estos hechos y según han precisado desde la AESA, «de conformidad con el artículo 55 de la Ley 21/2003, de 7 de julio, de Seguridad Aérea, la sanción» que se puede imponer al turista «puede ir desde los 60 hasta los 45.000 euros».
El turista, según informaron en su momento fuentes del Cuerpo Nacional de Policía en Córdoba, fue identificado tras estrellar el dron de manera accidental, asegurando entonces «desconocer que podía volar» el dron en dicha zona, la cual es un área restringida, como cualquier otra zona de la ciudad en la que se pueda sobrevolar a personas, y para lo que son necesarios permisos. Por ese motivo, los agentes propusieron para sanción administrativa al turista ante la AESA.
Los hechos, según dieron cuenta el pasado jueves fuentes del Cabildo Catedral, ocurrieron sobre las 9,30 horas de dicho día, cuando el turista voló un pequeño dron en el interior del Patio de los Naranjos del conjunto monumental y al maniobrar de forma inadecuada provocó un choque del aparato contra la torre campanario.
El dron cayó al suelo en el interior del Patio de los Naranjos, sin provocar daños materiales en la torre, ni personales, siendo un vigilante de seguridad del monumento el que encontró el pequeño aparato volador por control remoto y puso los hechos en conocimiento de la Policía Nacional, que identificó al turista y propuso a la AESA que se le imponga una sanción administrativa.