David Arellano, acusado de violar y matar el 27 de mayo de 2017 a su mujer en Collado Villalba, ha manifestado en el juicio que se encontró el cuerpo de su esposa en el suelo con «una bolsa en la cabeza» tras regresar al domicilio familiar de una salida en moto, apuntando al robo de unos 150.000 euros que tenían en casa como el móvil del crimen.
Se trata de una versión que ya ofreció en el juicio que anuló en 2021 el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). La vista se ordenó repetir al entender los magistrados que uno de los miembros del jurado popular cambió su voto cansado de las deliberaciones sin que se llegara a un acuerdo sobre la culpabilidad o inocencia ante las dudas surgidas tras la práctica de las pruebas.
Los hechos juzgados se produjeron sobre las dos de la madrugada del 27 de mayo de 2017 cuando el acusado y su mujer regresaron de una cena con amigos. Según la fiscal, el hombre violó a la víctima, la golpeó hasta dejarla semiinconsciente y la asfixió para evitar que le denunciara.
El procesado, que se encuentra en libertad provisional, se enfrenta a prisión permanente revisable por un delito de asesinato y otro de agresión sexual. Esta pena privativa de libertad se solicita al cometerse el crimen después de un delito contra la libertad sexual.
En su informe previo, la fiscal ha subrayado que «hay muchos motivos» para enervar la presunción de inocencia del acusado y cree que simuló un robo, atando a la mujer de pies y manos, y salió la mañana del crimen a hacer sus rutinas para buscar una coartada.
"con una bolsa en la cabeza"
En su declaración, el presunto asesino ha relatado que tenía una «buena relación» con Valentina y que tenían proyectos en común como tener otro hijo, por lo que su esposa estaba bajo un tratamiento de fertilidad.
«Alguna vez, discutíamos como cualquier pareja», ha narrado y ha aclarado a la fiscal que su mujer nunca le denunció ante la Guardia Civil. Al parecer, Valentina se intentó suicidar al estar bajo una depresión por los abortos que había sufrido tiempo atrás.
«Esa noche, fuimos a cenar con amigos. Al llegar a casa, no mantuvimos relaciones. Era tarde y había quedado a las siete de la mañana para montar en moto. Nos fuimos a dormir», ha narrado.
Por la mañana, salió del domicilio y se fue a tomar café a las siete, quitando la alarma de la vivienda. «Volví a casa para preparar la moto e irme a montar. Me despedí de ella. A las ocho, me marché y me fui a un circuito de motocross. Estuve un par de horas. Fui a lavar la moto y me fui a casa», ha detallado.
Llegó a la vivienda sobre las doce de la mañana. Según su versión, entró por la parte de abajo del chalet y vio algo de desorden en la casa. «Subí por si Valentina estaba planchando y me encontré el cuerpo en el suelo del dormitorio con una bolsa de plástico en la cabeza. Rompí la bolsa y quité una cinta para ver si respiraba», ha narrado.
La habitación estaba revuelta. Valentina no reaccionaba y salió corriendo de la casa por temor de que hubiera alguien. «Tuve mucho miedo», ha confesado, apuntando que entonces se fue a un descampado y llamó a la Policía. «¿Usted le quitó la vida a Valentina?», le ha preguntado la fiscal, a lo que el acusado le ha replicado con un rotundo «no».
Un posible robo
La defensa sospecha que algún ladrón pudo entrar en la vivienda al conocer que la pareja guardaba en la casa dinero conseguido en el taller que tenían. David ha detallado que por aquellas fechas podía haber unos 150.000 euros escondidos tras un azulejo del baño, indicando que la Policía encontró forzada la puerta de la parte trasera de la vivienda.
Según el letrado, se llevaron dinero y el móvil de la fallecida. El hallazgo de ADN y huellas no identificadas en los elementos con los que se perpetró el asesinato sustentarían esta versión exculpatoria.
Sin embargo, la Policía Científica localizó la cinta con la que habría amordazado a la víctima «en el interior de una maleta que se encontraba en una de las habitaciones de la planta baja del domicilio, mientras que la bolsa que llevaba en la cabeza era de una tienda donde el acusado acudía con frecuencia a comprar».
El abogado defensor, Manuel Alonso, sostiene que se encontró ADN de un varón no identificado tanto en la bolsa como en la cinta adhesiva, lo que podría exculpar a su cliente. «El verdadero culpable está en la calle», ha asegurado el letrado a su llegada a la sede judicial.
En su turno, la abogada de la Comunidad de Madrid le ha recordado un mensaje que le mandó a su pareja en abril de ese año en el que le pedía «que se quitara» lo que podría ser una prenda de ropa porque sino le iba «a cortar las patas».
Crimen en la vivienda familiar
El representante del Ministerio Público le imputa los delitos de asesinato y agresión sexual. Según el fiscal, desde el año 2011 el acusado mantuvo una relación sentimental de convivencia con la víctima con quien contrajo matrimonio tres años más tarde. Ambos trabajaron en un negocio familiar de reconstrucción de tubos comprensores y fijaron el domicilio en una vivienda de Collado Villalba.
El 26 de mayo de 2017 la pareja acudió sobre las 21 horas a una cena con unos amigos en un restaurante próximo a su domicilio. Allí permanecieron hasta aproximadamente las dos horas de la madrugada cuando ambos se dirigieron a continuación al domicilio familiar donde iban a pernoctar solos, dado que la hija menor común se encontraba en la casa de unos amigos.
Cuando el acusado y su esposa se encontraban en el dormitorio principal el hombre la abordó sexualmente «con ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos y actuando con ánimo de hacer prevalecer su voluntad de dominación, en la firme creencia de que V. le debía sumisión por su condición de varón».
El hombre la penetró vaginalmente, «consumando la violación y ello a pesar de la oposición tenaz de V., que »sin éxito, intento defenderse, arañando al acusado y ofreciendo una decidida resistencia ante el ataque a su libertad sexual".
En cualquier caso no pudo evitar que D. A. M. le abriera «violentamente» ambas piernas para acto seguido golpearla «al menos tres veces» con un objeto contundente en la cabeza, «provocando que quedase semiinconsciente y eliminando así toda posibilidad real de defensa».
Para evitar que le denunciara, el acusado decidió acabar con su vida y, «aprovechando que estaba semiinconsciente», le ató de pies y manos con cinta americana y a continuación le colocó una bolsa de plástico en la cabeza que ató con la misma cinta americana alrededor del cuello, provocando su asfixia. La muerte se produjo como consecuencia de sofocación por oclusión de orificios nasobucales, entre las 4 y 6 horas del 27 de mayo de 2017.
El acusado fue detenido por estos hechos el día 28 de mayo de 2017 y por auto de 30 de mayo de 2017, se acordó por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº1 de Collado Villalba la prisión provisional sin fianza del acusado. Actualmente, se encuentra en libertad provisional.