El proyecto del Ayuntamiento de Zaragoza para la recuperación del galápago europeo vive un pequeño «baby boom» este verano, con el nacimiento de 16 ejemplares en los últimos meses. Además, desde el mes de junio hay cinco nuevos que habitan el río Gállego.
El galápago europeo ('Emys orbicularis') es una de las dos especies que habitan la Península Ibérica, y una de las que más ha visto afectadas sus poblaciones en los últimos años por la aparición de especies exóticas invasoras y por la pérdida de su hábitat.
El objetivo del proyecto es proteger y favorecer la eclosión de los huevos de estos galápagos para su reintroducción en nuestro entorno más próximo. A los nacimientos de este verano se sumarán nuevos en este mes de septiembre.
Cuando las pequeñas tortugas alcancen el tamaño adecuado, unos 10 centímetros de caparazón y entre 80 y 150 gramos de peso, también serán distribuidos en diferentes puntos, en un nuevo impulso a su recuperación natural.
La consejera municipal de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Tatiana Gaudes, ha destacado, durante su visita a los ejemplares recién nacidos este lunes, «la importancia que tiene este tipo de proyecto en distintos aspectos».
Por un lado, ha incidido en la recuperación de especies autóctonas que han sido desplazadas por especies invasoras lo que, en consecuencia, ha desequilibrado nuestro ecosistema; por otro, la vertiente educativa y divulgativa que se consigue con este tipo de iniciativas, que sensibilizan a la población y son una ayuda complementaria a largo plazo.
Asimismo, Gaudes ha enfatizado en la importancia de la colaboración público-privada en proyectos de largo alcance como el de la recuperación del galápago europeo, "que vuelve a demostrarse muy eficaz cuando los proyectos son llevados por profesionales entusiastas, sean técnicos municipales o personal del Acuario de Zaragoza, como en este caso.
Por otra parte, la consejera municipal ha garantizado la continuidad de este proyecto a lo largo del mandato, «porque se trabaja en él desde el año 2016».
Galápago europeo
El galápago europeo habita cursos de agua en diversas zonas de Europa y concretamente en España es una especie amenazada, principalmente por la degradación de sus hábitats y la competencia con especies exóticas invasoras.
Esta tortuga ha sido tradicionalmente infravalorada en pro de las especies exóticas de galápagos como el de Florida que, sin embargo, tras ser mantenidas como mascota, han sido en muchas ocasiones liberadas al medio natural de forma irresponsable.
La enorme capacidad de adaptación, la resistencia y la agresividad de esas especies de tortugas invasoras ha hecho que nuestro galápago europeo, mucho más tímido, quede relegado a determinadas zonas donde sólo subsisten unos pocos individuos, que no permiten que la población remonte, llegando en muchos casos a su desaparición.
El galápago europeo, catalogado como vulnerable en Aragón, es una especie muy importante para nuestros ecosistemas acuáticos ya que, debido a las peculiaridades de su biología, permite una mejor evolución de las especies de fauna y flora autóctonas, regulándolas de una forma natural. Igualmente es clave en la biodiversidad de nuestras aguas dulces.
Proyecto de conservación con varias fases
El Proyecto de Conservación del Galápago europeo surgió en 2017 como una colaboración entre el Acuario de Zaragoza, el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón para reforzar las poblaciones de esta especie en el término municipal de Zaragoza.
El proyecto consta de varias fases, la primera consistente en el diseño y construcción de unas instalaciones para mantener algunos grupos reproductores, en la zona del Galacho de Juslibol; después, la reproducción de esta especie, para lo que las hembras grávidas son llevadas al Acuario de Zaragoza para que realicen la puesta de los huevos, que son recogidos y mantenidos en el acuario.
Posteriormente, se procede a la marcación de ejemplares adultos para conocer sus hábitos de movimiento y así identificar el lugar más idóneo para la futura suelta de ejemplares; le sigue la liberación al medio natural individuos con al menos dos años y un crecimiento que evite la alta tasa de mortalidad que tienen estas pequeñas tortugas al nacer, ya que son de menor tamaño que una moneda de un euro.