La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), en la que está integrada la aragonesa UAGA, ha mostrado su preocupación por la «mala cosecha» que se está registrando en la almendra tras el inicio de la recolección en las principales zonas de producción, con descensos de entre un 30 y un 50 por ciento respecto a las cifras previstas en el aforo inicial, con afectaciones incluso en regadíos, pero con mayor incidencia en los secanos.
Los rendimientos que se están obteniendo en kilogramos por árbol son «bajos o muy bajos», algo que se suma a problemas de calibre de las almendras. Estas situaciones derivan en una pérdida productiva que afecta directamente a la rentabilidad por hectárea de los productores, que ven cómo sus gastos pueden no quedar cubiertos por la baja cosecha y los raquíticos niveles de precios en origen.
La Mesa Estatal de Frutos Secos, de la que COAG forma parte, estimó el pasado mes de junio una cosecha de 120.633 toneladas de almendra grano para esta campaña 2023, un 49 por ciento por encima de la media de los últimos tres años.
Sin embargo, la Mesa ya advertía de la incertidumbre que se registraba sobre la cosecha final, debido al impacto negativo de los distintos episodios climatológicos adversos y el largo periodo de sequía que padecen las principales zonas productoras.
En Aragón, la previsión en el mes de mayo era de 22.000 toneladas. Una cifra que se rebaja en junio a 20.700 toneladas, y que tras iniciar la campaña en las zonas tempranas en Caspe, Maella y Belchite, «hay que volver a actualizar a la baja», según informa UAGA en nota de prensa, que calcula que descenderá a unas 18.000 toneladas, «lejos de las 25.000 que se cosechan en un año bueno».
Real decreto de medidas
COAG ha calificado como «insuficiente» el Real Decreto de medidas para paliar los efectos de la sequía en el sector agrario que puso en marcha el Ministerio de Administraciones Públicas (MAPA) para hacer frente a las pérdidas generadas y ha instado a abordar la situación con mayor contundencia.
En este sentido, se reclama a las comunidades autónomas que multipliquen las citadas ayudas en las zonas más perjudicadas, tal y como les permite dicho Real Decreto. Por otro lado, también consideran necesario rediseñar las políticas de protección de las producciones, como el seguro agrario, en este contexto de crisis climática, que afecta especialmente a producciones de secano, como son los frutos de cáscara.