San Sebastián ha cerrado este pasado sábado una Aste Nagusia «redonda» con «buen ambiente» y un total de 1.250.000 participantes en más de 300 actividades que se han desarrollado «con total normalidad».
En rueda de prensa en la capital guipuzcoana, el alcalde donostiarra, Eneko Goia, junto al concejal de Cultura, Euskara y Turismo, Jon Insausti, ha apuntado que estas fiestas se han desarrollado «sin problemas» y «el tiempo ha acompañado».
Tras agradecer a las 1300 personas que han participado en la organización de los festejos, el alcalde donostiarra ha destacado que en total 1.250.000 personas han participado en las actividades programadas.
El concurso de fuegos artificiales ha sido una de las citas más concurridas, con 650.000 asistentes durante toda la semana. En cuanto a los conciertos de Sagüés han registrado 66.000 participantes en total y el de Dani Ocean ha sido el que más asistentes ha congregado, con 15.000 personas. Le sigue la actuación de En todo el Sarmiento (ETS) con 12.000 asistentes y el de El Drogas con 10.000.
Por la Disco Festa del Kursaal han pasado unos 1.000 jóvenes y otras actividades muy concurridas han sido El Cañonazo, que da inicio a la fiestas, así como el Abordaje pirata.
Goia ha destacado que ha sido una Aste Nagusia «redonda», con una participación «increíble» y «buen ambiente», y ha esperado poder decir lo mismo de la del año que viene, que se celebrará del 10 al 17 de agosto.
También ha destacado que los autobuses de dBus han sido el transporte público «principal» en estas fiestas, con un incremento del 25% en los usuarios con respeto a los usuarios del año anterior y por encima de los de 2019, año anterior a la pandemia de Covid-19.
Asimismo, ha subrayado que no ha habido denuncias, por el momento, de agresiones sexuales y las únicas actuaciones de la Policía municipal y Ertzaintza se han producido por hurtos o tráfico de sustancias estupefacientes, con unas 75 detenciones en total.
Por su parte, Insausti ha puesto en valor que se ha conseguido el objetivo marcado de que ésta fuera la Aste Nagusia «más inclusiva, participativa, auténtica y novedosa», así como la «muy potente» aportación de estas fiestas al tejido cultural y festivo de la ciudad, para el cual supone una «oportunidad».