La escasez de aceite de oliva ante la escasa producción en la campaña actual debido a la sequía y las malas expectativas respecto a la próxima campaña explica que los precios finales de cara al consumidor sigan creciendo y el virgen extra ronde ya los nueve euros por litro, una cifra inédita en la provincia de Jaén para este alimento, base de la dieta mediterránea.
Para el secretario general de COAG Jaén, José Luis Ávila, la situación actual de precios «no beneficia a nadie». En declaraciones a Europa Press ha indicado que el sector productor ha ido vendiendo el aceite a lo largo de la campaña y «no se ha generado ningún tipo de especulación con el aceite por parte de la producción». Prueba de ello, según el dirigente de COAG, son las salidas que se están produciendo de aceite todos los meses y que «altas para la situación de precios que tenemos».
Según Ávila, «prácticamente no queda aceite en manos de los productores» y la situación de mercado responde a «una escasez tremenda del producto». Para el dirigente agrario, lo que está ocurriendo debe llevar a aprender y a tomar medidas para que «esto no se dé».
«No puede ser que nos tiremos, siendo como somos un país netamente exportador de aceite de oliva, nos tiremos años malvendiendo nuestro producto a precios muy bajos y que luego se den situaciones como éstas», ha dicho Ávila, que ha incidido en que las sequías «permanentes» y «cada vez más frecuentes» están poniendo «contra las cuerdas» a los productores y conllevando «una subida de precios que lógicamente no beneficia a nadie».
«Necesitamos un conjunto de herramientas que a futuro nos permita enlazar mejor unas campañas con otras y que nos permita tener un horizonte de precios mucho más estable para un alimento que no solamente es un alimento sino que también es una fuente de salud y la base de la dieta mediterránea», ha señalado Ávila.
Por su parte, el secretario general de UPA Jaén, Cristóbal Cano, ha subrayado a Europa Press que los precios actuales «responden a una realidad» como es la de haber tenido «la peor campaña del siglo XXI, la campaña 2022/2023 y las perspectivas para la próxima campaña 2023/ 2024 son igualmente negativas, malas, marcadas por la sequía y las altas temperaturas».
Esto en un país como España, que es el principal productor mundial de aceite de oliva y que su producción media de 1.300.000-1.400.000 toneladas, cifra que no se va a alcanzar «ni tan siquiera sumando las producciones de estas dos malas campañas que tenemos, además de forma consecutiva en el tiempo».
Esa realidad se traduce a los mercados y, según Cano, es esa tensión en los precios la que está marcando estos niveles. El dirigente de UPA ha destacado que los niveles de precios actuales, «lamentablemente, para el agricultor tienen escasa importancia», ya que «al no tener cosecha, el precio, lamentablemente, pasa a un segundo plano porque no podemos liquidar aceite a precios como los que hay porque no tenemos cosecha».
Consecuencias en el consumo
El consumo interno de aceites de oliva ha caído en España más del 50 por ciento durante el primer semestre del año tras una campaña marcada por la peor cosecha del siglo y la subida mantenida de los precios.
Esta es una de las conclusiones que se desprenden del estudio presentado en el seno del Máster Propio en Administración de Empresas Oleícolas de la Universidad de Jaén a través de su Observatorio de Consumo y que ha sido recogido por Europa Press.
En el estudio, que se ha llevado a cabo entre los meses de enero y junio, se ha tenido en cuenta todos los tipos de aceites y grasas consumidos en España en supermercados e hipermercados.
Se han analizado 63 hipermercados, y casi 250 supermercados, teniendo una incidencia en hogares representados que supera el millón, lo que equivale a algo menos de 2,6 millones de consumidores.
Los hipermercados y supermercados suponen una cuota de mercado para la categoría de forma conjunta del 68 por ciento de demanda en aceites de oliva.
Por categorías, y según estos datos, los vírgenes y vírgenes extras caen sobre todo en formatos PET de dos a cinco litros --más del 17 por ciento--, mientras que los precios con respecto al mismo periodo del año anterior crecen un 31 por ciento. Los refinados caen en demanda más del 21 por ciento, experimentando una apreciación, comparando con el mismo periodo del año pasado, del 33 por ciento.
Por el contrario, el girasol cae en precio entre el 12 y el 14 por ciento, teniendo incrementos de demanda de entre el 11 y el 19 por ciento, mayor en función del volumen.
A tenor de datos oficiales macro de consumo doméstico elaborados a partir de información con fuente en el Sistema de Información de los Mercados Oleícolas (SIMO), la situación en cuanto a precios por categorías recoge que los vírgenes extra crecen en origen un 126 por ciento, los vírgenes un 136 por ciento, los lampantes un 139 por ciento, y los refinados un 125 por ciento.Se trata de datos comparados con los precios medios de las últimas cuatro campañas inmediatamente anteriores.
El relación con los consumos, todo referido a la demanda global dentro del territorio nacional, esta ha cedido un 51 por ciento, lo que conlleva que se ha producido una caída de consumo nacional total de aceites de oliva del 51 por ciento.
De forma comparada con épocas similares a épocas anteriores --campañas 15/16, 16/17--, a partir de 3,5 euros de precio en origen de media, e independientemente de la categoría, por cada euro adicional de incremento sostenido en el tiempo de precios, en origen, igualmente se produce una caída de consumo interno acumulativo de más de 40.000 toneladas, según señala el estudio.
Concluye el estudio que estas situaciones «inéditas» seguirán su evolución en cuanto a «tendencia de precios y deterioro de consumo», teniendo como horizonte de inflexión la previsión sobre la próxima campaña, así como, en la climatología imperante hasta el próximo mes de marzo o abril, «combinado todo ello con la caída de demanda que se vaya experimentando».