La startup catalana Green Ball ha transformado «más de 100.000 pelotas de tenis y pádel» en energía en sus tres años de vida, informa en un comunicado.
Según la empresa, en España se generan 19 millones de pelotas de tenis y pádel al año (en Barcelona 1.800) y tardarían «más de 100 años en descomponerse» porque están formadas por materiales contaminantes como el caucho.
El reciclaje de las pelotas cuenta con una primera instalación de puntos de recogida en diferentes centros deportivos; su posterior recogida mediante un transporte autorizado; la trituración de las pelotas, y su conversión final «en una planta valorizada».
«Con este proceso de valorización energética generamos energía, disminuyendo así el consumo de combustibles fósiles. Además somos un proyecto de economía circular», ha explicado la fundadora, Ana Fortuño.
La empresa, fundada en 2020 por Ana Fortuño y Marcos Serra, se creó porque detectaron «una necesidad urgente de encontrar una salida a la gran cantidad de pelotas» que se utilizan y luego se tiran.