El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha investigado en diligencias, que ya se encuentran en el juzgado, a un vecino de Villacarrillo (Jaén), de 74 años, acusado de la colocación de cebos envenenados que han causado la muerte, entre otros animales, a un ejemplar de quebrantahuesos, especie protegida que se encuentra en peligro de extinción.
Fue el pasado 13 de marzo cuando el Seprona tuvo conocimiento por medio de técnicos del Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas de Andalucía de la inactividad del GPS de un ejemplar de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en un paraje del término municipal de Villacarrillo, dentro de los límites del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
De esta forma, se localizó el cadáver de un quebrantahuesos, bajo el nombre de Boni y que había nacido en el Parque Natural. El ejemplar fue enviado al Centro de Análisis y Diagnóstico de Málaga, para determinar las causas de la muerte.
Con posterioridad. la Unidad Canina de la Estrategia Andaluza contra el Veneno, junto con técnicos y agentes de Medio Ambiente realizaron inspecciones por la zona donde se había posado el ejemplar de quebrantahuesos según los últimos movimientos que indicó el dispositivo GPS que portaba, al objeto de localizar la posible presencia de cebos envenenados en el entorno.
De esta forma recogieron cuatro muestras correspondientes a restos cárnicos ocultos bajo cubierta vegetal y otra muestra más correspondiente al cadáver de un zorro en una zona abierta.
Una vez realizada la necropsia, los resultados detectaron en las muestras procedentes de restos cárnicos ingeridos por el ave, la presencia de Carbamato Aldicarb, un pesticida de uso prohibido por su alta toxicidad.
El Seprona volvió a realizar una nueva inspección por el paraje donde fueron localizadas las anteriores muestras y se volvió a hallar un resto cárnico de similares características, que tras su estudio determinó que se trataba de la misma sustancia que había provocado la muerte del quebrantahuesos.
Con todos los datos obtenidos se inspeccionó una explotación ganadera del término municipal de Villacarrillo, próxima al lugar donde se recogieron las muestras. Allí localizaron artes de caza prohibidas, así como cebos envenenados con el mismo compuesto tóxico, por lo que se procedió a tomar declaración en calidad de investigado al propietario de la explotación, por un supuesto delito contra la fauna y flora.
Desde la Guardia Civil se destaca que el uso de Aldicarb está prohibido desde el año 2009 por tratarse de un pesticida carbámico clasificado como muy tóxico. Fue retirado del mercado por la Unión Europea tras considerarse un elemento de extrema peligrosidad, no solo para los ecosistemas naturales, sino para la propia seguridad de las personas.
El quebrantahuesos es una especie amenazada catalogada en peligro de extinción, que en Andalucía se encuentra amparada dentro del Plan de Recuperación de las Aves Necrófagas.