La delegada del Área de Cultura del Ayuntamiento y 'número dos' del PP por la región al Congreso de los Diputados, Marta Rivera de la Cruz, ha sostenido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «ha maltratado a Madrid» y como ejemplos ha citado el reparto de los fondos europeos, la falta de mantenimiento de las Cercanías o el Palacio de Congresos de Castellana, situado junto al estadio Santiago Bernabeú, que «sigue cerrado».
Con visión madrileña, tras cuatro años en el Ejecutivo que preside Isabel Díaz Ayuso, Rivera de la Cruz se enteró en un Consejo de Gobierno que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, la quería en un puesto tan relevante y acogió con «absoluta sorpresa» la petición. «Fue a bocajarro», bromea la también exconsejera en una entrevista con Europa Press, donde desvela que conoce desde hace mucho tiempo al líder 'popular' al ser los dos gallegos.
Para la titular de Cultura en el Consistorio, esta es una campaña «inesperada», que coge «muy cansada a la gente y a los propios candidatos» porque en mayor o menor medida habían participado en las municipales y que tiene lugar «en una época tremenda como es el verano». En todo caso, ha considerado que «al PSOE se le ha dado la vuelta a la estrategia» y sitúa como «un antes y un después» el 'cara a cara' entre Feijóo y el líder del PSOE.
«Sánchez perdió por goleada, pero no solamente porque Feijóo estuviera muy bien, que estuvo realmente muy bien, muy solvente. Se vio el tipo de líder al que uno le gustaría dejarle las llaves de su coche o los mandos de un país y se vio a un Sánchez completamente fuera de sí, con ciertos descontrol, con una falta palmaria de templanza», ha remarcado.
Es consiente de que la izquierda ha querido centrar la campaña en un posible pacto de gobierno entre el PP y Vox pero coloca al líder del PP al margen porque considera que hablar de Feijóo es hablar de «cuatro gobiernos de mayorías absolutas».
«De pactos quien sabe de verdad es Pedro Sánchez y no podemos olvidar que Pedro Sánchez está condenado, sin remisión, a que su socio de gobierno sea Sumar», ha alertado Rivera de la Cruz, quien a renglón seguido ha puesto el foco en los pactos «de investidura» que los socialistas han llevado a cabo con «socios tan poco recomendables como ERC o Bildu».
Repreguntada por la relación con Vox, incide en que Feijóo ni siquiera necesitaría una mayoría absoluta sino una suficiente. Y es que entiende que cuando una formación quiere entrar en el Gobierno debe haber «un mínimo equilibrio de fuerzas» y critica la posición de este partido en algunas comunidades autónomas, como Murcia. A su parecer, España se está «jugando muchas cosas como para no pensar un poco más en grande».
También ha rechazado «por completo», sin olvidar el área que dirige, la política de «cancelación» que Vox ha impulsado en algunas zonas del país con obras culturales. Le parece «una torpeza» y defiende que «el arte es libre».
Su futuro y la cultura
En cuanto a su futuro, de cara a que pasen los próximos comicios, se plantea compaginar su cargo en el Consistorio con el de diputada nacional en las Cortes, donde ya estuvo durante su etapa con Ciudadanos, ya que considera que en la capital tiene muchos «retos» por delante. Así, quiere diseñar una 'hoja de ruta' para Matadero los próximos años, impulsar el antiguo cuartel de Conde Duque, hacer hincapié en el deporte base así como incidir en la atracción de grandes eventos deportivos.
Con todo esto por delante, niega que nadie le haya propuesto ser la próxima ministra de Cultura. «Yo creo que en estas elecciones se juega algo muy importante, que es un cambio de ciclo político que la ciudadanía está demandando. Yo creo que nadie de los que van en la candidatura está pensando en nada más que en ganar estas elecciones, ganarlas por una amplia mayoría que permita gobernar en solitario (...) Lo que venga después, falta mucho para eso. Hay que pasar muchas pantallas y yo ahora mismo lo único que veo es el día 23 de julio y las urnas vacías», ha señalado.
En todo caso, la 'número dos' de la candidatura por Madrid ha criticado con dureza la gestión socialista del área. A su parecer, para estos «la Cultura nunca ha sido una cuestión de estado» lo que se demuestra en que en los últimos cinco años han pasado por ahí cuatro ministros diferentes.
«Cada vez que cambies a una persona de un puesto relevante, como es un ministerio, todos los proyectos que están abiertos se detienen y algunos incluso se caen, porque a lo mejor no hay energía para impulsarlos, no hay interés para impulsarlos», ha esbozado a continuación. Ve grandes asignaturas pendientes como la Ley de Patrimonio, la Ley del Cine o la Ley del Mecenazgo.