La Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla tampoco ha podido celebrar este lunes el juicio promovido contra un varón para el cual la Fiscalía pide seis años de cárcel, por apuñalar presuntamente a un trabajador de un bar y causarle una «perforación y evisceración intestinal» que le habría provocado la muerte de no haber mediado intervención médica; toda vez que su defensa alega que actuó «presa un miedo irracional» al haber sufrido supuestamente una agresión previa por parte de la víctima junto a tres personas más.
Según ha informado a Europa Press el abogado Pedro Sobrino Ballesteros, que ejerce la defensa del acusado, el mismo no ha comparecido al juicio, inicialmente previsto para noviembre de 2022 pero entonces suspendidos y señalado para este lunes, alegando motivos de salud, permaneciendo en Países Bajos, su país natal.
Ante ello, según ha manifestado, el tribunal emitirá previsiblemente una orden europea de detención o Euroorden, a petición expresa de la Fiscalía y la acusación particular ejercida por la víctima.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, los hechos se remontan al 7 de junio de 2019, cuando el acusado, identificado como Lofti B., se encontraba en el bar La Bicicletería de la calle Feria, local del que fue expulsado «por consumir sustancias extrañas», supuestamente.
Ya fuera del bar
El relato de la Fiscalía prosigue detallando que el encartado quedó fuera del bar seguido de un trabajador del mismo que intentaba «calmarlo» porque se encontraba «muy alterado», siendo cerrada la puerta del citado establecimiento.
Pero según el Ministerio Público, Lofti B. «se alteró más y comenzó a dar patadas a la puerta, sacando de entre sus ropas un machete» con el que presuntamente «dio una puñalada» en el abdomen al empleado del local que intentaba calmarle, provocando que la víctima de la agresión sufriese la evisceración de «parte de los intestinos».
Según el escrito de acusación, el inculpado habría asestado una segunda puñalada al agredido, esta vez a la altura de la ingle, huyendo del lugar de actos y arrojando el machete al ser alcanzado por varias personas que le persiguieron, a quienes finalmente habría intentado atacar con un palo, siempre supuestamente.
"perforación intestinal"
Señalando la «perforación intestinal» sufrida por la víctima de la agresión, la Fiscalía califica los hechos como un homicidio en grado de tentativa, pues el agredido habría fallecido "de no haber mediado intervención médica.
Así, solicita seis años de prisión para Lofti B., así como siete años de prohibición de acercarse a la víctima de la agresión presuntamente perpetrada.
La defensa de Lofti B., de su lado, esgrime que el mismo, de 24 años a la fecha de los hechos, se encontraba por aquel entonces de vacaciones en una zona de acampada en Huelva y «como en todos sus viajes, llevaba su mochila ataviada de todos los elementos típicos para tal objeto, entre los que se encontraba el cuchillo» involucrado en los hechos, marco en el que «antes de retornar a su país, hizo noche en Sevilla», donde tras salir a dar un paseo nocturno junto a su entonces pareja, entraron a tomar algo en el bar La Bicicletería.
«Una vez allí, tomaron un par de cervezas, nunca consumieron sustancias estupefacientes y uno de los camareros, malinterpretando las palabras» de Lofti B., según su defensa, «creyendo que se refería a él cuando dijo en voz alta que 'olía raro', echó del bar» al acusado y a su pareja «de forma violenta y sin explicación alguna».
"superado en número"
Fuera del local, según la defensa del encartado, el citado camarero y tres «amigos» suyos «increparon y agredieron» a Lofti B., causándole una lesión en la cabeza que necesitó «varios puntos de sutura». «Viéndose superado por la situación y en número, por el simple hecho de asustar, sacó de su mochila el cuchillo y preso del miedo irracional propició un corte en el estómago al camarero» y víctima de los hechos, según la defensa.
Así, la defensa alega que el inculpado actuó «preso del miedo y lesionó imprudentemente» al camarero «no de forma intencionada», además de que «es conocedor de la gravedad de las heridas y tiene intención de resarcir civilmente del daño ocasionado».
La defensa esgrime además que Lofti B. «no tiene antecedentes penales, se encontraba en un país extranjero, no llevaba el cuchillo para atacar a nadie, nunca quiso agredir a nadie ni mucho menos arrebatarle la vida», señalando que en la fase de instrucción «reconoció estos mismos hechos», por los cuales «se encuentra en tratamiento psicológico a consecuencia directa» de los mismos.