El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Tomás García Martínez ha sido nombrado nuevo director del Instituto de Carboquímica (ICB) en Zaragoza. Toma el relevo de Isabel Suelves, tras cuatro años como vicedirector del centro, cargo que a partir de ahora ocupará el investigador José Luis Pinilla.
«En el Instituto de Carboquímica, hemos conseguido ser un referente internacional en la investigación en energías limpias», ha resumido García. Como director, su principal objetivo es consolidar el ICB como centro de excelencia en el desarrollo tecnológico de procesos energéticos y dispositivos para el aprovechamiento sostenible de recursos renovables.
Según ha explicado, «se trata de algo crucial porque estos procesos tienen un alto impacto en la sociedad. Se están agotando los residuos y es muy importante trabajar de cara a una economía circular, es decir, un sistema en el que los residuos se empleen como materias primas». «Siendo un centro de excelencia tendremos más recursos para continuar con nuestra labor», ha afirmado.
Tomás García comenzó su carrera científica en el ICB en 1998. Tras estancias postdoctorales en las Universidades de Cardiff y Alicante, se reincorporó al centro como investigador Juan de la Cierva y, posteriormente, Ramón y Cajal, ha informado el CSIC en una nota de prensa.
Es científico titular del CSIC desde 2007 en el Grupo de Investigaciones Medioambientales. Desde entonces, ha sido investigador principal en proyectos regionales y nacionales y ha participado en la gestión de proyectos europeos de alta relevancia internacional con socios de más de una decena de países.
Procesos químicos y desarrollo sostenible
La investigación de García Martínez se ha centrado especialmente en procesos químicos para el desarrollo sostenible. «Mi trabajo está enfocado en la economía circular del carbono, concretamente en la revalorización de residuos plásticos y elastómeros como neumáticos o metacrilato. Lo que intentamos es obtener nuevas materias primas o productos a partir de estos materiales de desecho», ha detallado.
Actualmente, estas investigaciones se están llevando a cabo en el marco de proyectos europeos como BlackCycle, para el reciclaje de neumáticos fuera de uso, y Acrycycle, para la reutilización de metacrilato.
El científico ha señalado: «Nos enfrentamos al reto de realizar una transición energética hacia las energías renovables y de lograr la descarbonización para 2023. Todo esto supone desarrollar muchos procesos nuevos» y «trabajamos para poder dar ese salto y que la tecnología que estamos desarrollando en los laboratorios llegue lo antes posible a la industria».
Para eso; «estamos en contacto con los diferentes actores involucrados en el proceso de innovación, conocemos sus necesidades y estamos colaborando con ellos para hacer posibles estos avances», ha añadido.
Instituto de carboquímica
El Instituto de Carboquímica (ICB) es un centro perteneciente al CSIC en el que actualmente trabajan 164 personas, la gran mayoría de ellas dedicadas a la investigación científica. Su labor se enfoca en dar respuesta a desafíos científico-tecnológicos dentro de la temática de energía eficiente, limpia y segura.
Particularmente, trabaja en temas que suscitan gran sensibilidad social como son el cambio climático, la contaminación atmosférica, la movilidad sostenible y la economía circular, así como en áreas de conocimiento que suponen nuevos retos como son el almacenamiento de energía, la obtención de hidrógeno y la producción de combustibles renovables, en las que el uso de tecnologías facilitadoras esenciales como la nanotecnología se consideran una fuente básica para la innovación y el desarrollo de una amplia gama de nuevos materiales, productos, procesos y servicios de mayor valor añadido.