El concejal de Vox en el Ayuntamiento madrileño de San Fernando de Henares, Jesús Fernández, ha exigido por carta al alcalde del municipio, el socialista Javier Corpa, la retirada de la bandera LGTBI de la fachada de la Casa Consistorial, una petición que ha rechazado el regidor, quien se ha negado a «comprar sus discursos de odio».
En la carta, hecha pública por Vox a través de sus redes sociales, el único edil de la formación en San Fernando, se alude al pronunciamiento del Tribunal Supremo en mayo de 2020 sobre la incompatibilidad con «el deber de objetividad y neutralidad de las administraciones públicas» con el uso «incluso ocasional» de banderas no oficiales en el exterior de los edificios y espacios públicos «aun cuando las mismas no sustituyan, sino que concurran, con la bandera de España y las demás legal o estatutariamente instituidas».
Para Fernández, el empleo de esta bandera por parte del equipo de Gobierno de San Fernando de Henares supone «una reivindicación excluyente y colectivista», haciendo «uso y exhibición de ello» mediante su colocación en el espacio público de uso común, por lo que considera que supone «una privatización» de dicho espacio.
«La colocación de estos símbolos supone una acción excluyente y electoralista que vulnera los principios de objetividad y neutralidad institucional, tal y como se ha determinado en sentencias al respecto», remarca la misiva de Vox, que subraya que la bandera de España que ondea a la entrada de cualquier edificio público «representa a la comunidad nacional y la igualdad entre todos los españoles sin distinción por sexo, raza, religión, opinión política u orientación sexual».
Para el concejal, contra estos valores «de concordia e igualdad entre españoles, ciertos partidos, 'lobbies' e instituciones» tratan de «imponer una división artificial de la sociedad en colectivos con necesidades y problemas excluyentes, a los que victimizan para después erigirse como sus defensores frente a una supuesta mayoría opresora».
Fernández señala que esta «dialéctica perversa» que pretende «instaurar el enfrentamiento entre compatriotas según su sexo, su orientación sexual o el territorio en el que vivan», lleva a la creación de símbolos «con el objetivo de lanzarlos como arma arrojadiza contra otros».
El edil de Vox enfatiza en su escrito que la bandera LGTBI «carece de reconocimiento legal válido» como símbolo oficial en ninguna administración territorial y, por tanto, «sólo puede ser calificado de parcial y electoralista» en cuanto que, asociado a una parte de los ciudadanos, identificados con «dicha bandera no oficial», no es «representativa de la mayoría de los ciudadanos que no pertenecen a ese colectivo o no se alinean con dicha opción».
«En este caso, ni siquiera representa a las personas homosexuales, muchas de los cuales rechazan ser colectivizados y utilizados como arma política y reivindican que los poderes públicos aborden sus verdaderos problemas, que normalmente comparten con el resto de sus compatriotas sin importar su orientación sexual», añade el concejal.
'lobbies' y grupos de presión
No se trata, a su juicio, de una cuestión de interés general para los vecinos y sus celebraciones «nada tienen que ver con los derechos de los homosexuales», sino «con un puñado de 'lobbies' y grupos de presión que buscan ganar poder y recibir subvenciones a costa del enfrentamiento social».
Jesús Fernández remarca que «en todos los partidos políticos hay gente de distintas tendencias sexuales, homosexuales o heterosexuales», pero «la condición sexual no debería tener ninguna relación con la toma de decisiones políticas».
El representante de Vox defiende que «cualquier español tiene el derecho de portar o exhibir en su balcón pancartas o banderas con las que se identifique», pero insiste en que el ayuntamiento es «un espacio público», representante del Estado español en cada localidad, por lo que «son las banderas institucionales las que deben ser expuestas, empezando por la enseña nacional, que es la que mejor representa al pueblo español, su unidad y pluralidad».
Rechazo del alcalde
Sin embargo, el alcalde de San Fernando de Henares, Javier Corpa, ha rechazado la petición de Vox y ha defendido que la suya es una ciudad «que cree en la diversidad, en la tolerancia y en la igualdad», así como defiende «los derechos y libertades de las personas» para «amar a quien les dé la gana».
«En San Fernando no vamos a comprar esos discursos de odio ni vamos a plegarnos a la ultraderecha», ha recalcado el munícipe, el cual ha lamentado, sin citar siglas, que haya formaciones que sí estén «comprándoles estos mensajes» y que estén dispuestas «incluso a que en este país se retroceda en derechos y libertades que se ha tardado mucho tiempo en conseguir».
«Vamos a pelear y a luchar por la diversidad, la igualdad, la tolerancia, los derechos y libertades», ha añadido el alcalde en declaraciones facilitadas a los medios, en las que también ha hecho un llamamiento para participar a la concentración convocada este mediodía a las puertas del Consistorio por la defensa de los derechos y libertades y contra los discursos de odio, a la que ha convocado también a todos los grupos municipales.