La portavoz del PSC en el Parlament, Alicia Romero, prevé celebrar la primera reunión con el Govern de la Generalitat el 6 de julio para evaluar el cumplimiento del acuerdo de Presupuestos alcanzado entre ambas partes.
Lo ha dicho este miércoles en una entrevista en Ser Catalunya recogida por Europa Press en virtud de la comisión de seguimiento, con tres miembros por parte, que los socialistas y el Ejecutivo catalán pactaron que se reuniría un mínimo de una vez cada tres meses.
«Obviamente habrá cosas que se habrán cumplido, pero creemos que habrá cosas que no», ha augurado al ser preguntada por si consideran que se habrán cumplido las líneas acordadas.
Romero ha abogado por que «se firme ya, mañana, pasado mañana» el acuerdo sobre el trazado de la B-40 para conectar Sabadell y Terrassa (Barcelona), una exigencia socialista para aprobar las cuentas de 2023 que, a su juicio, ya estableció unos puntos muy claros en el pacto presupuestario.
En esta línea, prevé ratificarlo «antes de las vacaciones», igual que el Plan Director Urbanístico (PDU) del proyecto del Hard Rock.
Pactos de investidura
La portavoz parlamentaria ha explicado que el PSC ha establecido contactos con los comuns, ERC y Junts para explorar pactos en el gobierno de la Diputación de Barcelona: «Estamos explorando todas las vías».
En esta línea, ha abogado por centrar las conversaciones en la Diputación y las necesidades de las localidades barcelonesas: «Todos haríamos bien de que, cuando estamos negociando una cosa, pongamos el enfoque en aquello que estamos haciendo».
Ha opinado que el gobierno en el ente supramunicipal con Junts ha ido «bien» a ambas formaciones y a los municipios, y ha defendido que han priorizado los intereses de las administraciones municipales a los propios.
Ayuntamiento de barcelona
Romero ha reivindicado que el Gobierno municipal en Barcelona liderado por el socialista Jaume Collboni es legítimo: «Ha sido elegido democráticamente. Muchas veces no gobierna la lista más votada», ha apuntado.
«Lo que hace el independentismo es lo mismo que lo que hace la extrema derecha, cuestionar los resultados electorales», ha advertido.
Ha admitido las dificultades de gobernar la capital catalana con diez concejales y ha expresado su confianza en «no gobernar en minoría durante mucho tiempo», algo que ve difícil pero no imposible.
Ha insistido en que, desde la noche electoral, los socialistas querían un gobierno de izquierdas en la ciudad pero, en sus palabras, ERC y su alcaldable, Ernest Maragall, priorizaron el eje independentista y no querían investir a Collboni.